El Jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN), Arturo Iglesias Mendoza desmiente aumento en la actividad del volcán Citlaltépetl, mejor conocido como el Pico de Orizaba.
El experto precisó que no existe evidencia clara de un cambio preocupante en el comportamiento del volcán ante reportes que sugerían un posible aumento en su actividad.
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¿Qué se difundió en redes sociales y medios de comunicación?
En los últimos días se encendió una ligera alarma social en redes sociales y medios de comunicación, respecto a que volcán Citlaltépetl o Pico de Orizaba registrada incremento de actividad.
Sin embargo, el experto en entrevista con AMEXI explica que no hay de qué preocuparse al señalar que:
“No hay un aumento significativo en la sismicidad que nos haga pensar en una reactivación inminente del volcán”, aseguró el especialista
¿Representan amenazas pequeños eventos sísmicos?
Iglesias Mendoza también señala que: “si bien se han registrado pequeños eventos sísmicos alrededor del volcán, estos no representa una amenaza actual ni implica un proceso eruptivo en marcha.
Explicó que recientemente se instalaron dos estaciones sísmicas cercanas al Pico de Orizaba, lo que ha permitido captar señales más pequeñas que anteriormente pasaban desapercibidas.
“No es que haya más sismos, es que ahora los podemos registrar mejor”, señaló.
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Nuevos instrumentos, más precisión
El Jefe del SSN informa que esta nueva capacidad de monitoreo ha despertado interés, pero no debe interpretarse como una señal de alarma.
Pico de Orizaba: un volcán activo, pero en calma
Geológicamente, el Citlaltépetl o Pico de Orizaba es considerado un volcán activo, aunque su última erupción registrada data del año 1846, es decir, hace 179 años.
Desde entonces, permanece en relativa calma. Aun así, como ocurre con cualquier volcán activo, el riesgo siempre existe.
“Puede pasar, como ocurrió con el Chichón o el volcán de Colima, pero tendría que haber un cambio muy claro en varios parámetros”, explicó Iglesias.
¿Cuáles son esos cambios de parámetros?
El especialista explica que entre estos cambios se incluyen:
- Deformaciones en el edificio volcánico
- Emisión de gases y alteraciones térmicas visibles, ninguna de las cuales se ha observado recientemente

Datos históricos señalan que:
- El Pico de Orizaba ha experimentado diversas fases de actividad a lo largo de miles de años.
- En alguna ocasión se tuvieron erupciones plinianas (explosivas) y vulcanianas (menos violentas), así como la emisión de flujos de lava y lahares (flujos de lodo y escombros volcánicos).
- Las erupciones más recientes documentadas ocurrieron en los siglos XVI y XVII.
- La última erupción significativa se estima que tuvo lugar alrededor de 1687.
- Desde entonces, el volcán ha permanecido en calma, aunque ha presentado actividad fumarólica menor.
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¿Podría el Citlaltépetl ‘despertar’?
Sí, pero no de forma súbita ni sin señales previas. “Los volcanes dan avisos con tiempo. Afortunadamente, hay formas de monitorear estos cambios”, afirmó el jefe del SSN.
“Para que se considere un cambio de estado, se requeriría una tendencia clara de aumento de actividad en varios indicadores, algo que no está ocurriendo”, externó.
El Citlaltépetl, que con sus 5 mil 636 metros sobre el nivel del mar es el punto más alto de México, es un coloso de origen volcánico que forma parte del Eje Neovolcánico.
Ha tenido al menos 23 eventos eruptivos documentados desde tiempos prehispánicos. Su historia geológica lo convierte en un volcán de constante estudio, pero no en un motivo de alarma inmediata.
Llamado a la calma y la prevención
Arturo Iglesias subrayó que no hay motivos para el pánico en torno al Citlaltépetl.
“No hay una actividad volcánica anómala que justifique encender una alerta”, afirmó
Hace un llamado a la ciudadanía a informarse a través de fuentes oficiales y a no caer en especulaciones sin fundamento.
Mientras tanto, el SSN y otras instancias científicas continuarán monitoreando al gigante dormido con la tecnología más avanzada disponible.
Además, están listos para que en caso de que se requiera de pueda actuar, de llegar una erupción.