Por Aarón Cruz Soto
El dúo de reguetón Cachirula & Loojan está consolidando un nuevo sonido en la escena mexicana, evolucionando desde sus raíces en la producción electrónica independiente hacia un fenómeno masivo «sex-positive» conocido como «Sexolandia».
Tras el éxito exponencial de su segundo álbum, que ya acumula discos de oro y platino, los artistas confirmaron su histórica inclusión en el cartel del festival Coachella 2026.
Este hito, que llevarán a Indio, California, los viernes 10 y 17 de abril, es un logro que describen como «irreal» y un paso fundamental para «poner la bandera en alto».
En entrevista, Cachirula (Julieta García) y Loojan (Eder Ulises Luján) detallaron su complejo viaje artístico, la negativa inicial de Cachirula a cantar y la evolución de su sonido, que ahora busca experimentar con tonos más comerciales y pop sin abandonar el «perreo» que los define.

Un sueño «complicado» y la «relación a larga distancia» con EU
«Sentimos mucha emoción, la verdad», confesó Cachirula sobre la invitación a Coachella. «El estar ahí en el flyer con artistas ya tan grandes, tan mundiales, tan leyendas, creo que eso nos hizo sentir un poquito como tanto irreal, pero pues al final de cuentas es real».
Loojan compartió este sentimiento, destacando las barreras que el género ha enfrentado históricamente en esos escenarios. «La verdad es que cuando nos dijeron, por primera vez, no nos lo creíamos», admitió. «Es bien complicado que uno haciendo reguetón pueda llegar a ese tipo de festivales tan grandes».
Irónicamente, Coachella marcará su debut en territorio estadounidense. «Desafortunadamente […] nunca nos hemos podido presentar en Estados Unidos ni como DJs ni ahora como cantantes», explicó Cachirula. «Es como una relación a larga distancia».
Esa conexión «a distancia» es tangible. Loojan confirmó que sus métricas validan ese vínculo: «En la data de nuestros números de Spotify, nos podíamos dar cuenta de que Estados Unidos es nuestra tercera ciudad [país] que más nos escucha».

El origen: De la casi-retirada al fenómeno «Beiby»
El proyecto «Sexolandia» nació en un momento de crisis profesional para Loojan. «Es como una enseñanza más de la vida que te dice como ‘nunca te termines de rendir’, ¿no?», reflexionó.
Confesó que estuvo a punto de abandonar la música: «Yo literalmente me quería salir… Era porque… mis expectativas eran otras y no me estaban saliendo como yo quería». La colaboración en «Beiby» (que hoy supera los 100 millones de reproducciones) fue su «última tirada».
«Hicimos ‘Baby’ y literalmente se transformó todo… lo hicimos con mucho amor», dijo Loojan.
Sin embargo, el éxito del tema casi no ocurre, debido a la renuencia de Cachirula a interpretar la canción, a pesar de haberla trabajado junto a El Malilla.
«No quería cantar», confiesa Julieta. «Me costó mucho trabajo agarrarle el bajón a la canción… no me gustaba… cómo es que sonaba mi voz, porque pues obviamente no estábamos acostumbrados a cantar».
Su miedo principal era la vulnerabilidad y la exposición pública. «No quería cantar porque no quería estar en el ojo público… no quería pasarme al lado vulnerable del artista», explicó.
Cachirula también temía el escrutinio público. «Si como DJ es difícil, como cantante más» y agregó «No quería sentirme más expuesta… yo lo único que quería hacer era música».
Fue Luis Díaz, de Ghetto Kids, quien finalmente la convenció de ser la cara del tema, asegurando que «va a tener un mejor impacto».

La evolución del sonido: Del FL Studio al «perreo para llorar»
Ambos artistas mantienen su identidad de productores. Cachirula, quien aprendió de forma autodidacta a los 16 años, sigue fiel a sus herramientas: «Yo hasta la fecha sigo con mi DAW (Digital Audio Workstation), sigo con mi programa, FL Studio. Yo no me he movido de mi programa desde los 16 hasta mis 25».
Loojan, quien produce desde los 11 años, utiliza Ableton, pero insiste en que la herramienta no hace al artista. «Siempre he dicho que al final de cuentas no es el programa, es… tu mente».
Sus raíces en la música electrónica y el Moombahton siguen definiendo su sonido. «No hemos perdido esa esencia electrónica en nuestras músicas», aseguró Loojan. Cachirula recuerda sus inicios mezclando «reguetón y electrónica», lo que derivó en el Global Bass.
Tras el éxito de sus primeros trabajos, notaron que el público buscaba algo más. «Nos sentamos… y dijimos ‘hay que empezar a profundizar un poco más en nuestras letras'», relató Loojan.
El resultado fue «Supreme», un tema romántico que conectó de forma inesperada. «Mucha gente que no les caíamos bien también nos decían que esta rola sí les gustaba, porque la letra no está grosera, está más bonita», destacó Cachirula.
Ahora, planean continuar esa exploración. «Sí nos vamos a salir tantito de ese lado como de lo explícito», adelantó Cachirula sobre su música de diciembre, describiéndola como «un poquito más diferente, un poquito más relax, más pop, más comercial».
No obstante, Loojan asegura que la base de «Sexolandia» permanece: «A final de cuentas, el perreo siempre va a estar con nosotros».

La estética de ‘Sexolandia’ y el mensaje a la nueva generación
La identidad del dúo no es solo sonora, sino también visual. La portada de SEXOLANDIA II, diseñada por «mekavaquero», refleja la evolución del álbum.
«El primero [álbum] era un campo de día… y [SexolandIA II] ya se había vuelto un poquito más espeso, un poquito más oscuro, un poquito más serio», explicó Cachirula.
Rechazaron las tendencias visuales predominantes. «No me gusta… me abrumé demasiado, ¿no? Como del 3D», dijo Cachirula. Loojan ve la portada final como «una obra de arte… esto yo lo podría ver en un cuadro».
Como veteranos de la escena alternativa, ofrecen consejos a los artistas emergentes. «Que se diviertan mucho, la verdad, que no se metan presión a que deben de llegar a un lado porque están iniciando», recomendó Cachirula.
Loojan advirtió sobre la ansiedad y las comparaciones: «No te compares con otros artistas… A lo mejor tú no lo sabes, pero llevan 10 años, 15 años tratando de picar piedra… tómenselo muy en serio y traten de profesionalizarse lo más posible».
Finalmente, Cachirula cerró con una advertencia sobre el entorno de la industria: «Cuídense mucho… la fiesta y el reguetón es un ambiente pesado, entonces aguas también».







