Con la presencia de grandes compositores y sus hijos, la Bohemia 87 en El Cantoral reunió a Napoleón, José María, Memo Méndez Guiu y Billy Méndez (de Motel) en una velada íntima y emotiva en la antesala del Día del Padre. El encuentro ofreció un recorrido por canciones que han marcado generaciones, interpretadas por voces nuevas y consagradas.
El público respondió con calidez, especialmente ante Napoleón, quien fue el más ovacionado y coreado de la noche.
La velada inició con la participación de Natiuska, una joven talento egresada de El Cantoral, quien interpretó “Mío” y “Con nadie más”, para luego compartir el escenario con su padre, Aaron Martínez Mier en “Entre beso y beso”. Tras una introducción en voz en off, los llamados “cuatro maestros” subieron al escenario: Napoleón, Memo Méndez Guiu, Billy Méndez y José María Napoleón.
El espectáculo abrió con “Eres”, en la voz del propio Napoleón, arrancando los primeros aplausos que irían creciendo con cada tema. José María, su hijo, subió enseguida para interpretar “Buenos días amor”, una canción que confesó haber escrito pensando en su esposa e hija, y que dedicó directamente a ellas desde el escenario.

Noche de grandes éxitos y estrellas
Memo Méndez presentó a Fer, Gaby y Taide, integrantes de Chicas Voces y ex integrantes de la Nueva banda Timbiriche, quienes cantaron “Tú, tú, tú” y “Nuestro amor”. Posteriormente, Napoleón volvió al escenario con “30 años”, canción que antecedió la interpretación de “Entre tus brazos” por José María, en una secuencia que
tejía recuerdos y afectos familiares con cada estrofa.
La presencia femenina continuó cuando Billy Méndez presentó a Pambo, quien interpretó “Así te quiero” y “Después de tanto”, tema en el que Napoleón reapareció con fuerza escénica.
Uno de los momentos más entrañables lo protagonizo Valle, esposa de Memo Méndez, quien hizo dueto con él en los temas “Te quiero tanto” y “Princesa tibetana”. Interpretación aplaudida por los hijos de ambos y los primero hijos del músico, quienes se encontraban entre el público, previo a ello, compartió con el público su faceta de creador de canciones para otros, agradeciendo a los artistas que aceptaron
interpretarlas esa noche.
Más adelante, José María volvió para interpretar “Me quedo a tu lado”, mientras Napoleón ofrecía “Hombre”, en un bloque que reforzaba la línea reflexiva del concierto.
Encuentro de Padres e hijos en el escenario de El Cantoral
Billy presentó entonces a Rodrigo, compañero y vocalista de la banda Motel, con quien cantó “Presente y sutil” y “Dos palabras”, para luego ceder el turno nuevamente a José María, que entonó “Lo que yo te amo”, antes de que Napoleón regresara con “Lo que no fue no será”, uno de los temas más coreados y aplaudidos de la noche y el cual se hiciera famoso en voz de José José.
Napoleón tomó nuevamente el micrófono para interpretar “30 años”, momento en que agradeció al público diciendo: “Gracias porque por ustedes vale la pena esta vida y hacer canciones es lo más valioso”.
Hacia el final, Memo tuvo como invitado a Benny Ibarra, quien fue acompañado por Billy en “María” –tema dedicado a su hija, presente en la audiencia–. Benny también compartió con Memo los temas “Inspiración” y “Sin ti”.
Uno de los episodios más conmovedores fue protagonizado por José María, quien interpretó “Tú me enseñaste a volar” frente a su padre. La emoción quebró su voz y, al finalizar, se fundieron en un abrazo que fue seguido por un largo aplauso. Las palabras de cariño de hijo a padre, y el orgullo reflejado en los rostros del escenario, envolvieron al público en un silencio respetuoso.
Entre aplausos e invitados especiales trascurrió la velada
Napoleón regresó el gesto con al canción “Hijo mío”, seguida de “Cielo” con Benny y Memo, y la cual nació, de acuerdo a las palabras de Ibarra, de la inspiración de la mamá de Billy, quien le preguntó cómo le decía de cariño él a su esposa Celina, y el respondió que “Cielo”.
En al recta final, artistas de la noche se reunieran en el escenario para una inesperada sorpresa: interpretar en conjunto “Vive” como tributo a Napoleón, quien agradeció conmovido diciendo: “No lo esperaba, esto fue una gran sorpresa”. El concierto cerró con “Hoy tengo que decirte papá”, reforzando el homenaje a los padres desde la música y de todo México.
Entre el público, un grupo de admiradores adultos de Napoleón portaba camisetas con su imagen. Su presencia reflejaba el impacto que ha dejado en distintas generaciones. Al finalizar, muchos asistentes se acercaron al escenario.
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Los artistas se tomaron fotos, dieron la mano, y agradecieron los gestos de cariño. Napoleón, por su parte, no dejó de agradecer en todo momento, recordando que su carrera no tendría sentido sin el respaldo de quienes lo han acompañado durante tantos años: “Sin ustedes, mi carrera no existiría” fueron palabras previas hacia su
público.
La Bohemia en El Cantoral no fue solo un concierto. Fue una noche donde la música se convirtió en lenguaje de amor, memoria y agradecimiento entre padres, hijos y generaciones de oyentes.






