Desde antes de las 20:30 horas, el lobby del Auditorio Nacional ya resplandecía: sombreros charros, risas y abrazos de gente que se encontraba dispuesta a pasar una velada inolvidable, en el primero de dos conciertos, que ofreció Edén Muñoz, en los que presento su disco “Piedras a la luna”, con el que regresa a la música banda.
Como se esperaba, la banda irrumpió con trompetas y acordeones mientras Edén apareció con sombrero en mano y mirada fija al público, rompiendo así el hielo y comenzando esta fiesta, donde tuvo como invitada a Yuridia.
El escenario estaba preparado a lo grande: más de veinte músicos acompañaron al cantante, proyectando un derroche de energía que parecía no tener fin, pero que el público gozo de principio a fin.
El concierto tomó forma de viaje por la historia del artista: arrancó con piezas nuevas de «Piedras a la luna», luego navegó por éxitos de su etapa con Calibre 50, y cerró con versiones que la gente ya corea sin pensar.
Canciones como “La Nena”, “Como en los viejos tiempos” y “Abecedario”, resonaron de nuevo, pero con el pulso renovado de banda.
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Con un escenario plagado de luces rojas y doradas, la banda explotó en una última estampida musical. Edén sostuvo a la hora del cierre: “Gracias por creer, por venir, por tirar piedras conmigo”.






