La noche del 12 de junio, el Auditorio Nacional fue testigo del primero de los dos conciertos que Ha Ash ofrecerá esta semana como parte de su nueva gira Haashville Tour.
Las hermanas Hanna y Ashley, conocidas por su cercanía con el público y por ser consideradas “Las Reinas del Sold Out”, regresaron a uno de los recintos más emblemáticos de la Ciudad de México con una producción que transformó el escenario en una postal del sur de Estados Unidos: fachadas de madera, letreros de neón y una atmósfera que evocaba las calles de Nashville.
Con más de dos décadas de carrera y una base de seguidores que llena cada recinto que pisan, el dúo abrió la noche con su estilo inconfundible, combinando música y cercanía con el público como si estuvieran en casa.

Confesiones entre hermanas
El show comenzó con “I Got It” que marcó el inicio de un viaje musical que combinó confesiones, complicidad y mucha cercanía. Apenas terminaba la introducción cuando lanzaron “No te quiero nada”, seguida de “De dónde sacas eso” y “Lo que un hombre debería saber”, todas coreadas a todo pulmón.
Desde el primer momento, las hermanas conversaron con el público como si estuvieran entre amigos. Ashley no tardó en bromear con su estilo frontal, mientras Hanna aportaba el equilibrio.
Cada canción traía una historia, una risa o una confesión.
“Te dejo en libertad” y “Supongo que lo sabes” pusieron un tono más emocional, antes de que llegaran los primeros popurrís de la noche. El mix incluyó “Eso no va a suceder”, “Impermeable” y “Ojalá”. Después vino el de baladas con “Que me faltó”, “Sé que te vas” y “No pasa nada”, las cuales fueron coreadas a todo pulmón por sus seguidores, algunos de los cuales iban ataviados con sombrero y playeras con el rostro de las cantantes.
Llegan los invitados especiales
Las canciones se sucedían sin pausa, pero entre cada bloque, Ashley o Hanna volvían a dirigirse a la audiencia. Hablaron de rupturas, de crecer juntas y de cómo sus canciones se han vuelto también las historias de quienes las escuchan.
La primera sorpresa de la noche estuvo a cargo de Alicia Villarreal, quien apareció sobre el escenario para cantar en trío el tema “Te aprovechas”, para después cantar “Amiga date cuenta”, no sin antes mostrarle su apoyo en la situación que vive, tras su pedida de ayuda por violencia por parte de su esposo Cruz Martínez, lo cual desató los aplausos de la audiencia, quien nuevamente convirtió el lugar en un coro colectivo.
A esta participación y luego que la invitada salió del escenario, el dueto siguió su repertorio con “Ex de verdad”, que cerró con fuerza antes de que las luces bajaran para un cambio de vestuario.
Fans en el escenario y lágrimas con rosas
La transición musical dio paso a “Me entrego a ti” y “Amor a medias”, dos temas que mantuvieron el ánimo arriba. Luego llegó uno de los momentos más emotivos del concierto: durante “Cien años”, como ya es costumbre, subieron al escenario a sus fans. Esta vez, una joven que venció el cáncer, una niña pequeña de aproximadamente 8 años y una adolescente nerviosa compartieron el escenario mientras el público se rendía en aplausos.
Con “A las 12 te olvidé” y el popurrí de baladas de amor (“Te apuesto”, “Todavía no” y “Destino o casualidad”), el Auditorio entró en un estado de nostalgia colectiva. Después de “Dos copas de más” y “Mi salida contigo”, vino “Mi niña mujer”, dedicada con cariño por Ashley antes de otra breve charla.
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“¿Qué hago yo?” abrió paso a un momento muy personal: Ashley, entre lágrimas, presentó “No fue lo que hiciste” como la canción más íntima que ha escrito. Mientras cantaba, fans del público comenzaron a entregarle rosas. Al final, sostenía un ramo improvisado entre las manos.
Falso final y regreso entre gritos
Antes de cantar “30 de febrero”, Ha Ash recordó: “Llevamos casi un año viajando, llevando la bandera de México en alto. Gracias por todo su cariño”. El público respondió con vítores.
“Perdón, perdón” parecía cerrar el concierto, pero cuando las luces bajaron y el escenario quedó vacío, el grito fue unánime: “¡Otra, otra, otra!” El público pedía más, y las hermanas no tardaron en volver.
Esto dio paso a “Odio amarte” y “Vaquera”, con toda la estética del tour explotando en colores y energía. Siguieron “Estés en donde estés” y “Lo aprendí de ti”, dos clásicos que cerraron la noche de nostalgia y alegría.
Así cerró la primera noche de Haashville en el Auditorio Nacional, entre guitarras, confesiones y
una conexión que no necesita presentación.





