Tal y como lo había prometido, Joaquín Sabina inició su gira de despedida de los escenarios y lo hizo en el emblemático Auditorio Nacional, ante más de 10 mil personas, que lo acompañaron en un recorrido musical único, plagado de nostalgias mucha energía como es costumbre del cantautor.
El cantautor español decidió complacer a su público al ofrecer varias presentaciones más, los días 1, 4, 10 y 12 de febrero, esta última de gran significado para sus fans, debido a que ese día se celebra su cumpleaños número 76.
La velada inició con “Un último vals” que iluminó las pantallas del recinto, sin embargo, aún no era el momento para su entrada. Minutos después la atmósfera tiño de azul, despertando una la cálida ovación que indicaba la llegada del artista, que por más de 45 años permanece en el gusto del público.
Joaquín Sabina: Así se vivió su gran noche de despedida, “Hola y adiós”
“Heme aquí eligiendo este repertorio. Temiendo que el olor a despedida tenga un mustio sabor a velatorio. Por ello, suplico al Auditorio que me ayude a jugar esta partida. Mueran los callejones sin salida, que el beso y la canción sean el jolgorio. Gocemos hoy de estar juntos, ahora que el desamparo no venga con prisas. Que nos sorprenda cantando la aurora, al fin y al cabo tantas emociones compartidas merecen unas risas. ¡Buenas noches México”, así , muy así estilo dio la bienvenida el cantautor.
Aunque también recordando que ese espacio que nuevamente pisaba no era cualquiera, pues ahí celebró hace algunos ayeres su primera gira americana, “hace un montón de años aquí empezó y nunca me arrepentí de seguir empezando todo aquí, en esta gira que va ser la última y por eso hay nervios y emoción. Eternas gracias”.
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“Lo niego todo”, “mentiras piadosas”, “Lágrimas de mármol”, “Medias negras” y «Una canción para la Magdalena” fueron parte de este concierto, en el que Sabina. Recordó que hace tan solo dos años visitó México con su gira “Contra todo pronóstico”, por lo que fue más minucioso en la selección de temas, aunque hay canciones obligadas que el público nos cansa de escuchar.
