En un emotivo evento destinado a apoyar a los actores retirados y en situación vulnerable, Mario Moreno del Moral, nieto de Cantinflas, destacó la importancia de continuar con la labor de la Casa del Actor, institución fundada por su abuelo en 1940.
Durante un encuentro con medios de comunicación, Moreno del Moral subrayó que apoyar a quienes nos hicieron reír y llorar es un compromiso de solidaridad que trasciende generaciones.
Mario Moreno del Moral enfatizó la relevancia histórica de la Casa del Actor y el papel de su abuelo en su creación.
“Mi abuelo fue quien impulsó y fue el mayor benefactor, también con la Fundación Mario Moreno Reyes. Después, mi tío Lalo hace una labor muy importante. Entre el patronato, la fundación y así, pues, seguimos apoyando”.
Con estas palabras, el nieto de Cantinflas recordó que la institución nació con la misión de garantizar bienestar a los actores en retiro.
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La Casa del Actor, una labor que une generaciones
Asimismo, destacó la necesidad de unidad entre el gremio artístico y la sociedad mexicana para mantener la Casa del Actor operativa y brindar apoyo a quienes lo necesita.
“Invitar a quien está siendo responsable que pongan más atención, porque no podemos dejar a los adultos mayores en una situación que no sea apta para ellos. Apoyar, juntarnos como gremio a los actores y al pueblo mexicano, y en redes sociales darles un apoyo a estas personas que nos hicieron reír, nos hicieron llorar y están presentes”.
En ese sentido, el también actor resaltó el valor de la solidaridad y la responsabilidad compartida.
Asimismo, el nieto de Cantinflas compartió un balance personal sobre el seguimiento del trabajo de la institución y la recuperación de algunos beneficiarios.
“Gabriel ya no está en la clínica, ya está dado de alta, está viviendo en Tijuana, Marisa está en Veracruz, muy bien los dos, gracias a Dios, están recuperados. Nos vemos cada que vienen, entonces, una buena comunicación”., afirmó.
Sus palabras refuerzan el compromiso continuo de la familia Moreno con la Casa del Actor, recordando que su función va más allá del entretenimiento: es un refugio de dignidad y cuidado para quienes dedicaron su vida al arte.
