Ciudad de México, 17 AGO (AMEXI).- El concurso de belleza más importante de México ha recorrido un largo camino desde sus inicios en los años 50, reflejando los cambios culturales y sociales del país.
Lo que comenzó como Señorita México, un evento clásico y tradicional, ha evolucionado a lo largo de las décadas hasta convertirse en Miss Universo México, una plataforma moderna y globalizada que busca destacar la diversidad y la fortaleza de las mujeres mexicanas.
Señorita México: los primeros años
El certamen «Señorita México» se celebró por primera vez en 1952 y rápidamente se consolidó como un evento de gran relevancia en el país.
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Durante las décadas de los 60 y 70, el concurso adquirió mayor popularidad bajo la conducción de Raúl Velasco, el carismático presentador de «Siempre en Domingo», quien lo llevó a los hogares mexicanos, convirtiéndolo en un evento televisivo de gran alcance.
«Señorita México» no solo se enfocaba en la belleza física de las concursantes, sino que también comenzaba a valorar la personalidad y el talento de las participantes. Sin embargo, su enfoque seguía siendo muy tradicional, reflejando las expectativas y estereotipos de la época.
El renacimiento con Nuestra Belleza México
En 1994, el concurso sufrió una transformación significativa cuando Lupita Jones, la primera mexicana en ganar el título de Miss Universo en 1991, asumió la dirección del certamen y lo rebautizó como «Nuestra Belleza México». Este cambio no solo implicó un nuevo nombre, sino también una nueva filosofía.
Lupita Jones impulsó un enfoque más integral, donde las concursantes debían demostrar no solo su belleza, sino también su inteligencia, habilidades de comunicación y compromiso social.

«Nuestra Belleza México» se convirtió en una plataforma para que las jóvenes mexicanas tuvieran la oportunidad de representar al país en los principales certámenes de belleza internacionales, como Miss Universo y Miss Mundo.
Durante esta etapa, México vio un incremento en el éxito internacional de sus representantes. Destacan nombres como Ximena Navarrete, quien ganó el título de Miss Universo en 2010, reafirmando la importancia de este certamen en la formación de reinas de belleza de calibre mundial.

Mexicana Universal: un certamen renovado
El año 2020 marcó otro hito en la historia de los certámenes de belleza en México con la reestructuración y cambio de nombre a «Mexicana Universal».
Este nuevo formato se alinea con la tendencia global de modernizar los concursos de belleza, alejándose de los antiguos estereotipos y abrazando una visión más inclusiva y diversa.
Este certamen no solo buscaba coronar a la mujer más bella del país, sino que también promover valores como el empoderamiento femenino, la inclusión y la representación de la diversidad cultural de México.
Este proyecto también estuvo bajo la dirección de la misma Lupita Jones, quien deseaba que el certamen siguiera dando frutos, tras salir de la casa que lo había acogido por muchos años,Televisa.

Miss Universo México: un enfoque global
A principios de este año, el certamen volvió a presentar cambios, ahora bajo el nombre de «Miss Universo México», con Cynthia de la Vega como Directora Nacional, en mayo la gestión de la ex reina de belleza terminó.
Mediante un comunicado oficial de Miss Universe, se anunció quién dirigirá ahora la organización en nuestro país. De manera inesperada, se reveló que Martha Cristiana sería el nuevo rostro al frente de la institución. El documento señala que la decisión de este cambio estratégico fue tomada por Osmel Sousa, asesor principal de la organización.
Bajo este nuevo formato, se han impulsado cambios en los requisitos y en la imagen de las concursantes, adaptándose a los nuevos tiempos y a las expectativas de una audiencia joven y globalizada.

La evolución que refleja a México
El camino de «Señorita México» a «Miss Universo México» refleja más que una simple evolución de un certamen de belleza; es un espejo de los cambios sociales, culturales y de las percepciones sobre la mujer en la sociedad mexicana.
Desde los tiempos en que el concurso era un evento familiar transmitido en «Siempre en Domingo», hasta convertirse en una plataforma global que celebra la diversidad, este certamen ha sabido adaptarse y mantenerse relevante.
Hoy, «Miss Universo México» no solo es un trampolín hacia el éxito internacional para las concursantes, sino también un espacio donde se celebra la identidad, el talento y la fuerza de la mujer mexicana en un contexto cada vez más globalizado.
La evolución del concurso demuestra que, aunque la belleza sigue siendo un componente esencial, ahora se valora más que nunca la integridad, la inteligencia y el compromiso social de las participantes.