La banda mexicana Zoé ofreció un show inolvidable en un recinto completamente lleno, desbordando energía, luces y música, a pesar del retraso por la intensa lluvia.
La Ciudad de México vivió una noche mágica este sábado a pesar del caos provocado por una fuerte tromba que paralizó calles y avenidas. Nada detuvo a los más de 60 mil fanáticos de Zoé, quienes desafiaron el clima para presenciar el tan esperado regreso de la agrupación liderada por León Larregui en un concierto histórico.
El aguacero provocó que el show comenzara con retraso, pero eso no impidió que el ánimo se mantuviera en lo más alto. Desde el primer acorde, el recinto vibró con la energía de una audiencia entregada, que respondió con aplausos, gritos y constantes piropos, especialmente dedicados al carismático vocalista.
Un espectáculo visual y musical a la altura de la banda mexicana
El concierto, que se extendió por más de dos horas, ofreció un recorrido por la discografía de Zoé con más de 20 canciones en su repertorio. Temas como Menores, Vinyl, Vía Láctea, No Me Destruyas y Corazón Atómico marcaron el inicio de una noche que, pese a las condiciones climáticas, brilló con fuerza.
El escenario deslumbró con tres enormes pantallas, visuales impactantes y un show de luces robóticas multicolores. Uno de los momentos más simbólicos fue cuando se proyectaron los colores de la bandera mexicana junto a la palestina, acompañadas por la frase: “Palestina Libre”, recibiendo una ovación del público.
Leo Larregui, entre agradecimientos y ovaciones
Durante el espectáculo, Larregui se mostró visiblemente conmovido por el cariño del público. «Gracias por hacer posible los cinco GNP… y gracias a Tláloc por dejarnos tocar», expresó el líder de Zoé.
El concierto también incluyó momentos íntimos y emotivos con canciones como Paula, Paz, Solo, Veneno, Arrullo de Estrellas, Miel, Labios Rotos y Azul, una de las más coreadas de la noche.
El gran cierre llegó con Luna, en la que León compartió escenario con Denisse de Hello Seahorse!, seguida por Soñé y Dead, con las que la banda selló una noche cargada de nostalgia, fuerza y agradecimiento.
Piropos, sonrisas y conexión con el público
A lo largo del concierto, el amor del público por León Larregui fue evidente. Los piropos no se hicieron esperar y el vocalista respondió a cada uno con sonrisas, gestos amables y palabras afectuosas, demostrando la conexión única que tiene con su audiencia.
Zoé reafirma su lugar en la historia del rock mexicano
Ni la lluvia, ni el retraso, ni el caos vial impidieron que Zoé ofreciera uno de los conciertos más memorables del año en la capital. Su mezcla de sonidos, visuales, mensaje social y conexión humana dejó claro por qué siguen siendo una de las bandas más queridas del país.