Tecámac: dos muertes por ataques de perros desatan reclamos por falta de prevención
Por Luis Ayala Ramos /corresponsal
Dos muertes por ataques de perros en Tecámac en menos de 24 horas, dos cuerpos marcados por mordidas. Dos comunidades que ya no caminan tranquilas. En Tecámac hay miedo por jaurías de perros que merodean sin control, mientras las autoridades insisten en que el problema deriva del abandono animal.
El primer ataque ocurrió en Camino a San Pablo y San Marcos, donde vecinos encontraron el cuerpo de un hombre de entre 27 y 30 años, devorado por perros que rondaban la zona. Horas después, en San Pablo Tecalco, otro hombre fue agredido de forma similar. Ambos murieron por las lesiones.
El gobierno municipal lamentó los hechos y aseguró que se reforzaron las labores de vigilancia. En un comunicado, señaló que “el abandono es una forma de maltrato y genera un riesgo colectivo”. Pero para los vecinos, esa explicación no basta.
“Aquí no hay prevención. Las jaurías llevan semanas rondando las escuelas, los parques, las calles. Ya hemos sido perseguidos, mordidos, ignorados”, denunció una vecina de San Pablo Tecalco.

¿Dónde está la estrategia?
Durante la semana del 29 de septiembre al 3 de octubre, las brigadas de Bienestar Animal capturaron 10 perros en vía pública. En lo que va del año, se han realizado 6,650 esterilizaciones, 80 adopciones, 220 asesorías y 295 rescates. Pero los habitantes aseguran que las cifras no se traducen en seguridad.
“No hay patrullas, no hay rondines, no hay personal suficiente. Y cuando llamamos, nos dicen que no pueden hacer nada si el perro no está agresivo en ese momento”, reclamó otro vecino.
Las autoridades insisten en la tenencia responsable, pero los testimonios apuntan a una falla estructural: no hay protocolos de respuesta rápida, ni mapas de riesgo, ni coordinación entre áreas de salud, seguridad y bienestar animal.

Una comunidad de Tecámac, en alerta por los ataques de perros
En San Pablo Tecalco, el miedo es cotidiano. Las madres evitan que sus hijos caminen solos. Los adultos mayores ya no salen al mercado. Las escuelas han pedido apoyo, pero no hay presencia constante de personal de control animal.
Las condolencias oficiales no han calmado la indignación. Y mientras el discurso institucional se enfoca en la conciencia ciudadana, la comunidad exige acción concreta: patrullajes, atención inmediata, y una estrategia que no llegue tarde, como en estos dos casos.