Lejos del bullicio comercial, el Zócalo de Puebla acoge un símbolo distinto de la Navidad. El Árbol de la Esperanza no brilla con luces de colores, sino con las fotografías de decenas de personas desaparecidas en el estado. Familiares y activistas liderados por el colectivo Voz de los Desaparecidos tomaron este sábado el corazón de la ciudad para instalar este memorial efímero.
«Este árbol es nuestra forma de gritar sin hacer ruido. Mientras la gente compra regalos, nosotros colgamos el recuerdo de quienes nos faltan», declaró María Luisa Núñez Barojas, líder del colectivo. La estructura, que permanecerá hasta el Día de Reyes, utiliza un árbol de concreto permanente que facilita esta conmemoración anual.
Un llamado a una sociedad que prefiere no ver
Entre los asistentes, una madre que pidió reservar su nombre compartió el vacío de estas fechas. «Nuestra cena navideña tiene una silla vacía. Nuestro árbol familiar tiene una foto en lugar de un regalo». El acto buscó interpelar directamente a la ciudadanía, acusada por los organizadores de normalizar la tragedia y transitar con indiferencia ante los carteles de búsqueda.
Las críticas también apuntaron a las instituciones. Los familiares denunciaron lentitud en los procesos de búsqueda e identificación por parte de la Fiscalía y del Servicio Médico Forense. El árbol, además de memorial, funciona como un punto de recolección de pistas, esperando que algún transeúnte reconozca un rostro.
De la plaza física a la viral: una lucha que se expande
La conmemoración trasciende el espacio físico. En redes sociales, el colectivo impulsó una campaña que sumó cientos de adhesiones, invitando a compartir las historias de los desaparecidos con etiquetas específicas. Esta estrategia digital complementa la presencia anual en el Zócalo, que desde 2022 da visibilidad a casos como la desaparición del niño Alexis en la Sierra Norte.
Finalmente, la persistencia del monumento subraya una cruda realidad: pese a las más de mil 300 carpetas de investigación por desaparición que la Fiscalía de Puebla abrió solo en 2022, las respuestas concretas para las familias siguen siendo escasas. El Árbol de la Esperanza, año con año, crece como testimonio de una deuda pendiente del Estado y un recordatorio para una sociedad que no puede celebrar en paz mientras haya alguien por encontrar.
Lee: Conocerá el mundo el horror de desaparecidos cerca del estadio mundialista de Guadalajara







