Los gobiernos del Estado de México y de la Ciudad de México se ubican entre los peores evaluados del país en materia de aprobación, confianza y percepción de inseguridad, de acuerdo con la encuesta nacional de Massive Caller correspondiente a octubre de 2025.
El estudio, levantado el 23 de octubre, coloca a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez en el lugar 26 de 32 mandatarios estatales, con apenas 40.5% de aprobación ciudadana, mientras que Clara Brugada Molina, jefa de Gobierno de la capital, ocupa el sitio 25, con 40.9%.
En materia de confianza, los resultados son igualmente bajos. Delfina Gómez se posiciona en el décimo lugar, con 32.7%, mientras que la capital mexicana cae hasta el lugar 27, con solo 24.5%, una de las cifras más reducidas del país.
La encuesta también midió la percepción de inseguridad, y los resultados colocan al Estado de México entre las entidades con mayor preocupación ciudadana. Con 62.3% de percepción de inseguridad, la entidad mexiquense se ubicó en la posición 22 de 32, solo por debajo de estados como Guerrero, Zacatecas, Puebla y Morelos, donde los niveles superan el 70%.
Por su parte, la Ciudad de México registró 53.2% de percepción de inseguridad, lo que la situó en el lugar 15, evidenciando que más de la mitad de sus habitantes no se sienten seguros.
En contraste, los estados mejor evaluados fueron Coahuila, Aguascalientes y Quintana Roo, cuyos gobernadores Manolo Jiménez, Tere Jiménez y Mara Lezama encabezaron el ranking con niveles de aprobación superiores al 66% y los mayores índices de confianza del país.
De acuerdo con la casa encuestadora, la metodología utilizada consistió en llamadas automatizadas aleatorias a hogares de todo el país, con un margen de error de 3.4%.
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Estancamiento y desencanto social
Los resultados muestran un estancamiento en la percepción ciudadana hacia los gobiernos del centro del país, particularmente en temas como seguridad y desempeño gubernamental, que continúan siendo los principales retos tanto para la administración mexiquense como para la capitalina.
Analistas consultados señalan que la caída en los niveles de confianza y aprobación refleja el desencanto social ante la falta de resultados visibles, especialmente en servicios públicos, movilidad y combate a la delincuencia.







