Las diócesis de Tapachula, Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, denunciaron el contubernio entre la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional con los carteles del narcotráfico, cuya relación perversa les permite controlar los flujos migratorios en su ingreso a México por la frontera con Guatemala.
Ante esta situación emitieron el comunicado la Pastoral Social y de Movilidad Humana, en el cual expresaron también su indignación contra la impunidad y la corrupción, factores que siguen presentes en toda la realidad migratoria, particularmente en la frontera sur del país.
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También, comentaron que el control del territorio por parte de los cárteles del narcotráfico, obligó a familias y comunidades completas a emigrar y desplazarse, causando terror por el reclutamiento y la desaparición forzada, el cobro de piso y el sometimiento para ejecutar acciones ilícitas que convienen a intereses de esos grupos criminales.
Versiones de expertos y activistas señalan que el Ejército tiene complicidad con el narco
Por otro lado, la versión de las tres diócesis de Chiapas se refuerza con versiones de expertos y activistas que señalaron que miembros del Ejército tienen complicidades con el narco, dejando una estela de violencia que han dejado cientos de muertos, desaparecidos y desplazados.
«Por primera vez en la historia se tiene conocimiento de que mexicanos se desplazan hacia Guatemala huyendo de la violencia. No vemos que el Ejército esté realizando acciones para contener y combatir a estos grupos delincuenciales, más bien que los protege«, lamenta Luis Abarca, activista del Comité Digna Ochoa.
«Es enfermizo hablar de abrazos y no balazos. Es una continuidad de una guerra que está costando vidas en Chiapas, desapariciones y miles de desplazados», agrega.
También Gerardo Alberto González Figueroa, investigador del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), denuncia complicidades de militares y criminales.
Pobladores de la zona sierra de Chipas, ven a los militares saludar a los cárteles
«En Frontera Comalapa, en la región Sierra de Chiapas, las personas han visto a los militares saludarse con los cárteles», enfatiza.
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Los Cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación -con apoyo de bandas locales- libran una guerra para controlar el tráfico de dogas, de personas y armas, así como la extorsión, trata de personas e incluso el control de Gobiernos y Policías locales.