Muy lejos de quienes creen o aseguran que ha disminuido la devoción y culto a la Virgen de Guadalupe, su imagen se ha acrecentado a tal grado que la distinción como Emperatriz de América es un concepto reducido, ya que es venerada en prácticamente todo el mundo.
Reportes, imágenes y experiencias de viajeros en pleno siglo XXI, a casi cinco siglos de las apariciones en el Cerro de Tepeyac de la Ciudad de México, dan cuenta mediante la red global de información en internet de cómo esta advocación se ha extendido en los cinco continentes habitados del orbe.
El ser guadalupano no sólo se convirtió en un eje esencial de la identidad de los mexicanos, sino que la imagen ha sido colocada lo mismo en la vivienda más humilde de los confines de la Tierra que en la habitación del Sumo Pontífice.
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La Virgen de Guadalupe, venerada en todo el continente
El Papa Pío XII fue quien llamó a la Virgen de Guadalupe “Emperatriz de las Américas” por vez primera en 1945 y, posteriormente, Juan Pablo II formalizó su advocación como “Patrona de las Américas” en 1999, durante su visita a México, y declaró que su festividad (12 de diciembre) se celebrara en todo el continente.
En el Encuentro del Papa Juan Pablo II con Representantes de todas las Generaciones en el Estadio Azteca el 25 de enero de 1999, con capacidad para captar a más de 80 mil personas, fueron proyectadas imágenes de todas las vírgenes veneradas en América, pero fue la de Guadalupe la más aclamada por la concurrencia.
La réplica de la imagen de la tilma de Juan Diego se encuentra en el segundo santuario más grande del mundo, en el de la Virgen de la Aparecida –el primero es el de la Basílica de San Pedro, en Roma–, en la región del mismo nombre, estado de Sao Paulo, a 265 kilómetros al oeste de Río de Janeiro.
El país con más católicos
Se trata del país con el mayor número de católicos en el mundo, donde residen unos 110 millones, la mayoría guarda veneración por ambas vírgenes, de tal forma que incluso la Guadalupana se encuentra en el atrio del santuario de la Aparecida, reflejo de la fe prevaleciente entre los brasileños por ambas figuras.
La icónica efigie de la Virgen Morena se encuentra en catedrales e iglesias de Santiago, Chile; Buenos Aires, Argentina, así como en Lima, Perú, donde la consideran la Patrona de América. El Salvador ostenta desde 1953 la Ceiba de Guadalupe, uno de los templos más concurridos del país centroamericano.
De igual manera, la catedral de San Patricio, en Nueva York, es visitada por devotos por la presencia de la venerada imagen a la derecha del altar mayor, donada a la comunidad local por el entonces arzobispo primado de México, Ernesto Corripio Ahumada, en solemne ceremonia efectuada en diciembre de 1991.
La Guadalupana destaca también en el corazón del mundo católico, en una de las capillas de la Basílica de San Pedro, en Roma. Cerca, la imagen réplica más antigua que data de 1667, pintada en México, es venerada en la capilla de la Comunidad de Agustinos Recoletos del Colegio de San Ildefonso en Vía Sistina, en Roma.
De manera sobresaliente ocupa desde 1948 una de las capillas de la Catedral de Notre Dame, de París, Francia, a donde acuden en su día centenares de devotos en París. Lo mismo ocurre en la Basílica de Presentación de la Virgen María en Wadowice, Polonia.
También en Japón, Israel y Kenia
Osaka, Japón, cuenta desde finales de la II Guerra Mundial con una imagen, dado que la comunidad católica de Hirakata pidió apoyo económico en donaciones y mano de obra para construir la Iglesia de Guadalupe, que obtuvieron de cofradías católicas de California, Estados Unidos, como parte de la reconciliación y la pacificación.
En los sitios más recónditos del planeta se encuentra la sagrada imagen. Lo mismo en la iglesia de la Dormición en Jerusalén, Israel, que en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Nairobi, Kenia.
A esta relación podrían sumarse más testimonios de creyentes y devotos de la Virgen Morena.






