El país entero se detuvo por un instante. A las 12:00 horas, la alerta sísmica retumbó en plazas, oficinas, escuelas y calles de varias entidades mexicanas. Fue el Segundo Simulacro Nacional de 2025, ejercicio que recordó las heridas de 1985 y 2017, pero también la necesidad de ensayar cada año una respuesta que, cuando la tierra tiemble de verdad, salve vidas.
Oaxaca: epicentro de la cultura preventiva
En Oaxaca, estado con la mayor actividad sísmica del país, la participación fue masiva: más de 975 mil personas en 15 mil 222 inmuebles, entre edificios federales, estatales, municipales, privados y escolares. El simulacro se realizó bajo la hipótesis de un sismo de magnitud 8.1 con epicentro en el Istmo de Tehuantepec, con saldo simulado de 114 heridos.
Helicópteros de emergencia, patrullajes y brigadas en plazas públicas reforzaron el realismo del ensayo.
El gobernador Salomón Jara Cruz recordó la tragedia del 19 de septiembre de 2017 en el Istmo y señaló que, ante la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), se buscan esquemas más inmediatos de apoyo a damnificados.
Además, adelantó una reforma institucional para elevar a secretaría estatal la actual Coordinación de Protección Civil, con el fin de reforzar presupuestos y capacidad de respuesta. Según datos del Servicio Sismológico Nacional, Oaxaca concentra el 21% de la actividad sísmica del país, muy por encima de Guerrero.
Quintana Roo: del temblor a los huracanes
En Quintana Roo, donde la amenaza no son los terremotos sino los huracanes, el simulacro tomó un cariz distinto. Desde Cancún, la gobernadora Mara Lezama encabezó el ejercicio en la Plaza Malecón Las Américas, con 130 mil 813 participantes en dos mil 113 inmuebles.
La novedad histórica fue la activación del Sistema de Alertamiento Masivo, que envió un aviso simultáneo a más de 80 millones de celulares en todo el país, incluso en aparatos bloqueados o en silencio.
Aunque la hipótesis nacional fue un sismo de magnitud 8.5, en Chetumal se probó un escenario distinto: el impacto de un huracán categoría 3, con gabinete de crisis y evacuaciones.

La mandataria destacó que este ensayo reafirma la disciplina colectiva frente a los fenómenos naturales, y subrayó que “no enfrentamos sismos de gran magnitud, pero sí poderosos huracanes que exigen unidad social y protocolos sólidos”.
En la evacuación de la plaza comercial participaron brigadistas internos, bomberos, paramédicos y la Cruz Roja, con una reacción cronometrada en apenas dos minutos, lo que dejó en evidencia fortalezas, pero también áreas de mejora en coordinación interinstitucional.
Hidalgo: disciplina y organización ciudadana
En Hidalgo, el simulacro congregó a 190 mil 535 participantes en dos mil 151 inmuebles de los 84 municipios, incluidos edificios públicos y privados. En el Palacio de Gobierno, tres personas con discapacidad y 64 visitantes fueron desalojados, como parte de la práctica.
El gobernador Julio Menchaca Salazar destacó que estos ensayos fortalecen los protocolos y consolidan la coordinación entre dependencias y sociedad civil.
Además, la Subsecretaría de Protección Civil estatal destacó que, por primera vez, todos los municipios participaron en simultáneo, lo que permitió probar la capacidad de desalojo masivo en escuelas, oficinas públicas y comercios.

Con un saldo blanco y una evacuación ordenada, el ejercicio reafirmó que la prevención no distingue entre grandes ciudades o comunidades pequeñas, pues cada población es vulnerable frente a los movimientos telúricos.
Ve también: Segundo Simulacro Nacional 2025, en todo México
Más allá de las cifras, el Segundo Simulacro Nacional 2025 v a mostrar que México convive con la certeza del riesgo. Oaxaca por sus fallas geológicas, Quintana Roo por el mar que ruge en temporada de huracanes e Hidalgo por su vulnerabilidad en infraestructura y organización social.
Cada estado tiene sus amenazas, pero todos comparten la misma urgencia: la prevención no es un trámite anual, sino la única garantía frente a lo inevitable.