Redacción. Corresponsales Nacionales
Ciudad de México, 14abr. (AMEXI).- Migrantes que caminan a diario por comunidades, pueblos y ciudades de los estados de la frontera norte del país, siguen denunciando que son objeto de agresiones físicas y humillaciones, junto con niños que los acompañan, por parte de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), de la Guardia Nacional (GN) y policías estatales.
Además de enfrentar los constantes operativos por caminos, veredas y trenes para frenar su avance, también son amenazados, asaltados y extorsionados muchas veces a manos de esos agentes, así como de “polleros” y delincuentes de bandas del crimen organizado, y en algunos casos también los obligan a trasladar droga hacia el otro lado en calidad de “mulas”.
Esa realidad también la viven al ingresar a territorio mexicano por Chiapas, Oaxaca y Tabasco.
Ese es el panorama que reportan a diario los reporteros de medios informativos estatales que los entrevistan a su paso por los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango, Chihuahua, Sonora y Baja California.
Los migrantes argumentan que para aligerar su travesía en busca de llegar a la línea fronteriza con Estados Unidos, intentan subir a los trenes y buscar una oportunidad de pasar al otro lado, pero muchas veces son bajados de los mismos y detenidos para ser regresados a Tapachula, Chiapas.
En todo momento acusan que los uniformados de las citadas corporaciones policiacas los someten a tratos violentos, humillaciones de todo tipo, el robo de sus escasas pertenencias que pueden llevar, pero, sobre todo, las agresiones físicas contra mujeres y niños.
Gracias a los testimonios de migrantes y a los vídeos compartidos en redes sociales, se detectó en los últimos días a personal de Migración realizando numerosos operativos en Chihuahua, Delicias, Juárez, Jiménez, Villa Ahumada, donde revisan trenes con migrantes para capturarlos y regresarlos a Tapachula, Chiapas.
Gilbert Marín, un venezolano que le toco pasar por uno de estos operativos explicó que desde Torreón lograron observar que las unidades del INM los seguían, contó que incluso logró observar que los agentes se escondían detrás de matorrales esperando a que estos se bajaran de los vagones
El extranjero y compañeros con los que viajaba informaron que en el tren viajaban poco más de 500 personas, de las cuales, al menos 250 fueron obligadas a bajar de los vagones por los agentes de migración, quienes según los migrantes, se dieron el lujo de utilizar violencia para alejarlos del tren férreo y subirlos a un autobús de viaje para su retiro del estado.
Antes de ser subidos a tres autobuses de regreso a Tapachula, Gilbert mencionó que estuvieron sentados más de 12 horas sin que les dieran oportunidad de conseguir agua ni comida, a pesar de que entre la gente se encontraban mujeres embarazadas y menores de edad.
También comentó que los agentes de migración se comportaron de forma violenta con ellos; además, no llevaban identificación a pesar de estar uniformados y sus rostros los cubrían con pasamontañas.
Esto lo confirmo Rodni, un padre venezolano de un pequeño menor de cinco años, quien fue víctima de los tratos sin medida de los supuestos agentes de la INM, “le tiraron un diente y tiene toda la carita hinchada”, expresó el migrante.
“Queremos que nos dejen de perseguir como delincuentes, solo estamos de paso, y ya no nos vamos aguantar con los malos tratos”, expreso Gilbert, teniendo la aprobación de sus compañeros, quienes dijeron estar cansados de la violencia en la que se ven obligados a vivir en su andar hacia Estados Unidos.
MÁS AGRESIONES
Apenas el pasado viernes por la tarde, se reportó otra agresión de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) hacia migrantes que mantienen un campamento en la ciudad de Chihuahua.
Los inmigrantes señalaron que ya no van a permitir que los agentes de Migración los agredan, humillen y luego pretendan regresarlos a Tapachula, Chiapas; además de acusarlos de agredir a mujeres y niños que estaban en la zona.
En videos difundidos por los propios migrantes se observa a las mujeres agredidas y también niños, lo que ocasionó la inconformidad de las personas en movilidad, subiendo de tono la manifestación al llegar al grado de incendiar una moto que estaba en unas vías del tren del sector y que aparentemente pertenece a Ferromex.
También informaron que un migrante de unos 20 años de edad y de origen venezolano, resultó herido de bala en las piernas durante el enfrentamiento, por lo cual fue atendido por paramédicos.
Ahí, un grupo de migrantes venezolanos se enfrentaron a los agentes de Migración y les gritaban que le paren a sus robos y agresiones contra mujeres y niños y, les advirtieron, que “si guerra quieren, guerra van a tener”, al sostener que ya están cansados de tanta humillación.
La trifulca entre migrantes y agentes migratorios se registró sobre el puente de la Juan Pablo II en la ciudad de Chihuahua, donde los elementos del INM, Guardia Nacional y Ferromex, realizaron un operativo en migrantes que estaban sobre las vías del tren y también cerca de la zona donde se mantiene desde hace semanas un campamento de migrantes de diversas nacionalidades.
ALBERGUE PARA VIUDAS MIGRANTES
Aunado al panorama anterior y a la existencia de numerosos albergues a lo largo de la frontera para migrantes, también existe uno en las playas de Tijuana para las mujeres viudas que huyen de la violencia e inseguridad que generan los cárteles del narcotráfico.
Cabe señalar que, en general, los migrantes abandonan sus lugares de origen ante la falta de oportunidades y al desplazamiento forzado a que los obligan los grupos de la delincuencia organizada que no se combate en sus respectivos países.
En este caso, se trata de una veintena de mujeres jóvenes, todas viudas y huyendo de sicarios de los cárteles que operan en todo el país. Son parte del éxodo de 386 mil mexicanos víctimas de la violencia, según cifras de la ONU.
Son mujeres jóvenes, todas viudas, huyendo de sicarios de los cárteles del narcotráfico de distintas regiones del país que buscan refugio en otros estados o que están tocando la puerta a Estados Unidos en busca de asilo.
Tijuana se ha convertido en un embudo para miles de mujeres y familias completas que huyen de Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Morelos, Sinaloa, Estado de México, entre otros, donde existe el acecho del crimen y la violencia.
“Sara”, nombre ficticio por razones de seguridad, salió huyendo de una ranchería de Salvatierra, Guanajuato, junto a sus dos hijas, luego de que un grupo criminal que opera en la zona del Bajío asesinó a su esposo y a un hermano.
La joven viuda, de menos de 40 años de edad, vive aterrorizada en ese albergue por el rumbo de las playas de Tijuana. Prefiere no recordar lo que ocurrió con sus familiares y sólo comenta que después de que huyo le estuvieron mandando videos de la forma en que asesinaron a su esposo y la amenazaron a ella y a sus niñas.