En la diversidad de sus municipios, Michoacán tiene todo listo para celebrar la Noche de Muertos, un encuentro ancestral que une a familiares y amigos para honrar la memoria de quienes ya trascendieron.
En estos días, el estado llamado “el alma de México” se llena de amor, recuerdos y fiesta, transformando la tristeza en una profunda celebración de la vida compartida.
Desde este 30 de octubre, los altares se visten de tradición con los elementos esenciales para guiar a las almas que nos visitan, desde velas, flores amarillas, pan de muerto, dulces en conserva hasta sus bebidas predilectas.

Los angelitos
La «velación de los angelitos» en Michoacán es una tradición del Día de Muertos que honra a los niños fallecidos.

Se realiza en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre y consiste en visitar los cementerios con velas, flores y ofrendas, o en preparar altares en casa con juguetes, dulces y objetos del niño, a fin de recordar y acompañar a estas almas, que se cree, ascienden directamente al cielo.
¿En qué consiste la tradición?
Fecha: Se celebra la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, comenzando oficialmente el Día de Muertos.
Lugar: Se realiza tanto en los cementerios como en las casas.
Participantes: A menudo, son los niños quienes llevan a cabo esta velación, lo que les permite introducirse en la tradición. Los padrinos de bautizo suelen tener un papel importante, especialmente en la primera ofrenda.
Ofrendas: Se incluyen juguetes, dulces, frutas, flores (especialmente cempasúchil y blancas por la pureza) y, en el caso de la primera ofrenda, un arco de flores de cempasúchil.
Rituales: Se encienden velas, se reza y se cantan cánticos. El aroma de las flores, el incienso y las ofrendas atraen a las almas.
Significado: Se cree que los niños, al ser puros, suben al cielo directamente. Por ello, esta ceremonia está llena de esperanza y amor para acompañarlos en su camino, a diferencia de los velorios de adultos que se centran en el duelo.

Variantes locales
En algunas comunidades como Huecorio, en la región de Pátzcuaro, se montan altares con los juguetes del pequeño difunto.
En Tzintzuntzan, la costumbre dicta que los padrinos de bautizo llevan una ofrenda a la casa de los padres del niño y, posteriormente, la llevan hasta el sepulcro, donde se vela toda la noche.
Roberto Monroy García, titular de la Secretaría de Turismo (Sectur) de Michoacán, recordó que cada detalle del ritual, ya sea elaborado en casa o en los cementerios, es importante, desde el papel picado colorido y los manteles, hasta la comida preparada para quienes acuden a compartir la espera de las ánimas.

Estas actividades representan una celebración en sí mismas, las cuales pueden vivirse en la Semana de Celebración de la Noche de Muertos, con experiencias organizadas por la Sectur Michoacán en conjunto con las comunidades, maestras cocineras y artesanos.
Entre ellas, se incluye la visita a los campos de cempasúchil y nube en Copándaro o Tarímbaro, donde los asistentes pueden participar en el corte de flor, tomarse fotografías o solicitar videos con dron.
Otro tipo de experiencias disponibles son los talleres para aprender a elaborar piezas esenciales para la celebración, como en Santa Fe de la Laguna, donde se imparten cursos sobre la elaboración y decoración de calaveritas de azúcar y de alfarería tradicional.

Adicionalmente, durante la temporada se podrá asistir a diversos eventos como festivales de flores, velas, pan de muerto y atole, además de encuentros de música purépecha, venta de artesanías y recorridos por los manantiales de Urandén.
Altares monumentales
En distintas partes del estado se elaboran altares monumentales en las plazas públicas, como en Patamban, Camécuaro, Morelia, Pátzcuaro, Zamora o Zacapu, por mencionar algunos municipios que se decoran con impresionante habilidad, por lo que ya son conocidos a nivel nacional e internacional.
Todo Michoacán se prepara para mostrar y compartir su tradición en esta fecha donde se honra la memoria de quienes se adelantaron, bajo la cosmogonía purépecha de que a los difuntos no se les entierra, sino que se les siembra para dar vida.

Las calles, casas y edificios se visten de amarillo con el cempasúchil. Donde se observe un arco de flor, una familia esperará a sus seres queridos y ofrecerá los alimentos y bebidas que tienen para compartir.
Día de Muertos en Pátzcuaro y en la Isla de Janitzio, en Michoacán
“Al morir, las almas vuelan como mariposas Monarca sobre el lago de Pátzcuaro hasta la Isla de Janitzio para llegar a descansar”. Leyenda Purépecha
Durante la noche del 1 de noviembre, los pobladores navegan en pequeñas embarcaciones y canoas a la Isla de Janitzio, para luego, al llegar al panteón, rodean las tumbas con ofrendas, flores, pan, frutas, símbolos y recuerdos para venerar y recordar a los seres que ya no están en este plano terrenal.
Construyen un altar y se sientan a contemplar las luces de las velas que iluminan todo el panteón, en medio de rezos y cantos que duran toda la noche.

Apreciar el esplendor de este ritual es mejor si se sube a la cima del monumento a Morelos, donde la vista panorámica deja enamorado a quien lo busca.
Para vivir esta experiencia de Día de Muertos, se recomienda tomar la Carretera Morelia- Uruapan y celebrar junto con los pobladores de esta emblemática tradición de Michoacán para el mundo.
Para la Secretaría de Turismo (Sectur), esta celebración es un convivio íntimo con los ancestros, por lo que se exhorta a los visitantes a disfrutar de la experiencia con respeto, llevar una ofrenda y compartir en familia.
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