Oaxaca, Oax., 25 jun. (AMEXI).- El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, confirmó que unos 70 millones de pesos podría costar la reconstrucción del inmueble y la reparación del equipo médico que resultaron afectados por la inundación reportada en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, luego de las intensas lluvias causadas por la tormenta Alberto en la zona sureste de México.
Dijo que luego de una evaluación realizada en el nosocomio, se identificaron ocho salas que salieron perjudicadas, al quedar anegadas, entre ellas el área del tomógrafo y el fluoroscopio, la sala de rayos X, la sala de ultrasonido, el equipo digitalizador de imágenes, la red de cómputo y las oficinas administrativas, además de la planta de tratamiento.
Por ello, el gobernador admitió que en la reciente visita que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, les comentó lo sucedido en el Hospital de la Niñez y el mandatario federal le instruyó de forma directa al titular del Instituto Mexicano del Seguridad Social (IMSS), Zoé Robledo, y al secretario de Salud, Jorge Alcocer, hacerse cargo de la contingencia para sanear lo que se descompuso y que en el corto plazo el nosocomio vuelva a operar con mayor eficacia.
Desbordamiento del río, la causa de la inundación
Salomón Jara confirmó que la inundación reportada en el Hospital de la Niñez fue consecuencia del desbordamiento súbito de un arroyo, que arrastró lodo, tierra y basura y que colapsó la red de drenaje del nosocomio. Llegó a elevarse el agua dentro de las instalaciones hasta medio metro.
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Precisó que cuando comenzó la contingencia se activó un plan de evacuación, lográndose el traslado a diversos hospitales de 42 pacientes niñas y niños en ambulancias del Sector Salud, y a 80 de sus familiares con apoyo de unidades de traslado del Ejército y la Guardia Nacional.
Jara Cruz afirmó que como segunda fase se puso en operación un plan de limpieza, donde participaron más de 300 hombres y mujeres, desde trabajadores del hospital, policías, bomberos y voluntarios, que lograron limpiar con agua y jabón cada una de las áreas dañadas, además de que se logró sacar más de 20 toneladas de lodo y basura que arrastró la corriente.
También se desazolvaron las redes de agua potable y se nebulizaron para evitar la propagación del dengue, a la par de que con maquinaria pesada se regresó el río a su cauce.