En el movimiento obrero y popular, las últimas semanas fueron intensas, por los esfuerzos de llevar al movimiento en dos rutas distintas: Por una lado, los partidos políticos que representan los intereses de los grandes capitales del país buscan atrapar a millones de trabajadores del campo y la ciudad para que participen en un proceso electoral, al margen de las decisiones que se tomaron desde las más altas esferas oligárquicas.
A partir de estos mismos intereses, como “táctica audaz”, brotan de una u otra manera entre las centrales sindicales, organizaciones y movimientos sociales que buscan a toda costa impedir la movilización callejera, la huelga, el paro y la acción unitaria de los trabajadores por la defensa de sus derechos.
La estrategia de Palacio Nacional se centró en tres temas
Desde Palacio Nacional, en las mesas de diálogo con la CNTE, en las mañaneras y en la discusión interna de los movimientos sindicales y populares, la táctica de desmovilización se centró en tres grandes temas: aislar y denostar la lucha de los Padres de los 43 Normalistas de Ayotzinapa, por la presentación con vida de sus hijos desaparecidos por el Estado Mexicano; impedir una movilización unitaria de los trabajadores el 1° de Mayo; y evitar el estallido del Paro Nacional Indefinido de la CNTE.
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En el caso Ayotzinapa, desde las mañaneras se lanza cualquier cantidad de infundios, se acusa a los abogados de Tlachinollan, al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustin Pro Juárez, de ser instrumentos de la derecha, de que el movimiento de los normalistas y los Padres están infiltrados, etcétera.
Con esos miserables argumentos, se pretende encubrir al Ejército Mexicano y a los autores materiales e intelectuales de este delito de lesa humanidad; peor aún, colocan a los padres y a los estudiantes en la más alta vulnerabilidad que ya cobró la vida de Yanqui Kothan Gómez Peralta, el pasado 7 de marzo en las afueras de Chilpancingo, Guerrero.
Pese a la montaña de mentiras lanzadas contra los Padres, ellos están en las calles, exigiendo que el Presidente deje sus intereses electorales y resuelva sus demandas.
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Hacia el 1° de mayo, ha sido un poco distinta la forma en que aparecieron las posiciones antiunitarias; acusaciones de agandalle, electorerismo, gobiernismo, neocharrismo y hasta de izquierdismo y radicalismo, se esgrimieron con mayor o menor diplomacia, con el objetivo de impedir que los trabajadores se encuentren todos en el Zócalo. Y no es que el movimiento obrero y popular en el país esté curado de todas estas enfermedades, pero ahora fueron argumentos para impedir la movilización unitaria.
Desmantelar a la CNTE como una organización clasista, ha sido el reto más complejo de todos los gobiernos, así que era necesario mover todas las cuerdas disponibles: un primer tendón que la oligarquía puso en marcha fue la Presidencia de la República, 3 mesas de trabajo con la Comisión Única de Negociación (CNUN) de la CNTE en Palacio Nacional (1, 15 y 25 de abril), otras tantas mesas con la dirección política de la Sección 22.
En dichas mesas el Presidente puso en práctica todas sus habilidades para encantar a los integrantes de la CNUN, cuando no le funcionó quiso dar un manotazo de mesa, condenando la movilización y el paro magisterial, incluso, amenazando de que los maestros contarían con el rechazo popular.
En la ruta hacia el VI Congreso Nacional Extraordinario de la CNTE, desde el interior de los contingentes de manera simultanea actuaron los agentes antiunitarios y desmovilizadores, que conscientes o no, le hacían el favor al plan de Estado, buscando que el Congreso saliera sin acuerdos unitarios, sin Paro Nacional, enfocando sus baterías, en contra de uno de los contingentes más consolidados de este proceso: la Sección 22 de Oaxaca.
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El maquiavelismo de la clase gobernante queriendo aislar a la CNTE en su camino hacia el Paro no tiene límites, ahora, el Presidente pretende confrontar al magisterio con los Padres de los 43 y el Comité de Víctimas de Nochixtlán.
En la mesa del 15 de abril, plantea a la CNTE una reunión para los Padres de los 43 hasta después del proceso electoral a sabiendas de que las víctimas lo había rechazado públicamente dos días antes (13 de abril); en el caso de Nochixtlán, el Presidente pretende pagar en dinero los muertos de la masacre del 19 de junio del 2016, a cambio de proteger a los criminales del gobierno de Gabino Cué y Enrique Peña Nieto. Habría que preguntarle a AMLO: según los valores de su humanismo mexicano y la Cartilla Moral de la 4T ¿A cómo pagará cada muerto y cada herida? Bueno, para conocerlo sin máscara.
Fallaron los intentos de desarticulación del movimiento obrero y popular
Uno tras otro, los planes de desmovilización fueron aniquilados, la unidad de la clase obrera y los pueblos, representados por la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), la Nueva Central de Trabajadores (NTC), la CNTE, la Conferencia Nacional de las Resistencias, la Asamblea Nacional Popular (ANP), que encabezan los Padres de los 43, bajo la consigna: ¡Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden! estarán juntos el 1° de mayo en el Zócalo de la Ciudad de México y en todo el país; el 15 de mayo, pésele a quien le pese, habrá Paro Nacional Magisterial.
Son sinuosos los senderos de nuestra lucha de clases, pero al final ¡Las masas son las hacedoras de la historia!