Naciones Unidas, 28 sep. (Amexi).- El aumento de la violencia de las pandillas en Haití han sembrado caos e inestabilidad, causado miles de muertos y heridos y obligado a decenas de miles de personas a desplazarse, sumiendo al pequeño país latinoamericano en una profunda crisis humanitaria.
En lo que va de este año, han sido asesinadas tres mil 661 personas en Haití en medio de la violencia de las pandillas que controlan parte del territorio, alertó la víspera la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU).
Las cifras indican que los altos niveles de violencia no han cambiado con respecto a 2023, por lo que la máxima prioridad en ese país debe ser combatir la inseguridad, agregó la dependencia en un informe, en el que se insta a las autoridades haitianas y a la comunidad internacional redoblar los esfuerzos para proteger a la población y evitar un mayor sufrimiento.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH, por su siglas en inglés), Volker Türk, subrayó que “no se deben perder más vidas a causa de esta criminalidad sin sentido”.
Violencia sexual para subyugar
El informe detalla patrones graves de violaciones y abusos de los derechos humanos en la capital de Hatí, Puerto Príncipe, y en el departamento de Artibonite, así como en la parte sur del departamento Oeste, que hasta hace poco aún no había sido afectada por la violencia.
El número de víctimas de violencia sexual, incluida la violación, también aumentó en la primera mitad del año. “Las pandillas han seguido utilizando la violencia sexual para castigar, difundir el miedo y subyugar a las poblaciones”, apunta el documento.
Uso desproporcionado de la fuerza
Durante los meses que contempla el informe, al menos 860 personas murieron y 393 resultaron heridas durante operaciones policiales y patrullas en Puerto Príncipe, incluidos al menos 36 niños, en lo que podría constituir un uso innecesario y desproporcionado de la fuerza, según el sitio Noticias de la ONU.
Las pandillas han reclutado a un gran número de niños en sus filas. De acuerdo con el estudio, la violencia de las bandas, que originalmente se circunscribía a la capital, se ha extendido al norte del país, impulsada por la huida de los residentes de las zonas del sur, donde las actividades delictivas de las pandillas se habían generalizado.
Ese éxodo limitó las oportunidades que tenían las bandas de generar ingresos ilícitos mediante secuestros, extorsiones y robos.
En el departamento de Artibonite, la región agrícola más grande del país, las pandillas han extorsionado a los agricultores que cultivan sus tierras y, a menudo, han invadido los campos, armados con pistolas y machetes, para robarles sus cosechas y su ganado.
Esos ataques han obligado a los agricultores a abandonar más de 3000 hectáreas de tierra y trasladarse a zonas menos fértiles, pero más seguras, lo que ha agudizado la crisis alimentaria.
Según los datos actualizados de la ONU, 1,6 millones el número de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda en estado de emergencia en Haití.
Amenazas de mayor violencia
El informe explica que las pandillas se han beneficiado de la inestabilidad política y contribuyeron a la desestabilización del anterior gobierno, exigiendo influencia política y amnistías, y amenazando con recurrir a una mayor violencia si no se satisfacen sus demandas.
El Alto Comisionado acogió con beneplácito el despliegue de los primeros contingentes de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, al igual que el reciente establecimiento de un Consejo Presidencial de Transición y del nuevo gobierno de transición.
“Sin embargo, está claro que la Misión necesita equipo y personal adecuados y suficientes para luchar contra las bandas criminales de manera eficaz y sostenible, y evitar que sigan propagándose y causando estragos en la vida de las personas”, enfatizó Türk.
En este sentido, instó a las autoridades haitianas a adoptar medidas enérgicas para fortalecer a la policía y otras instituciones estatales paralizadas por la corrupción endémica, incluido el poder judicial, con el fin de restablecer el estado de derecho y hacer que los responsables de violaciones y abusos rindan cuentas.
Asimismo, pidió proteger a los niños de las pandillas, hacer frente a la violencia sexual y de género, y proteger a los desplazados internos y urgió a la comunidad internacional a aplicar a cabalidad el embargo de armas selectivo, la prohibición de viajar y la congelación de activos impuestos por el Consejo de Seguridad para poner un alto a la violencia de las pandillas en Haití.
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