Ciudad de México, 6 Abr. (AMEXI).- La secretaría general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) rechazó la agresión sufrida la noche de ayer viernes a la Embajada de México en Ecuador, llamó al diálogo entre las partes y convocó a su Consejo Permanente a una reunión para analizar esta situación.
El organismo también manifestó su solidaridad con las víctimas de las acciones improcedentes que afectaron la representación diplomática mexicana en Quito y subrayó que en este caso son inadmisibles las ambigüedades: debe imperar la más plena coherencia con el Derecho Internacional.

En éste se estipulan principios como el respeto a la soberanía, la coexistencia pacífica de los Estados, el estricto cumplimiento a los tratados internacionales en especial aquellos que garantizan el Derecho de Asilo, la solución pacífica de las controversias y la renuncia a recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza para dirimir conflictos.
Por ello rechazó “cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas” y reiteró “la obligación que tienen todos los Estados de no invocar normas de Derecho interno para justificar el incumplimiento de sus obligaciones internacionales”.
Las naciones de las Américas, enfatizó en un comunicado, han reafirmado en la Carta de la OEA que “el Derecho Internacional es norma de conducta de los Estados en sus relaciones recíprocas” y, en ese sentido, es fundamental que cada país cumpla estrictamente las normas que regulan la protección, el respeto y la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas y de las oficinas consulares.
Estas disposiciones están contempladas tanto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, del 18 de abril de 1961, en particular en su artículo 22, como en el artículo 31 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, firmada el 24 de abril de 1963, abundó el texto que también dio a conocer el secretario general de la OEA, Luis Almagro Lemes, en su cuenta en X.
La noche del viernes 5 de abril, agentes de seguridad ecuatorianos entraron por la fuerza a la Embajada de México en Quito y extrajeron por la fuerza a Jorge David Glas Espinel, vicepresidente de Ecuador de 2013 a 2018 y quien se encontraba refugiado y tramitando su asilo por persecución y acoso. Esta acción provocó que el presidente Andrés Manuel López Obrador suspendiera las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
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