El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025, luego de la confirmación de su victoria en las elecciones presidenciales del martes pasado, provocó múltiples reacciones encontradas entre la comunidad internacional, debido a las decisiones que adopte sobre los actuales conflictos mundiales y las políticas comerciales al exterior.
Para Stefan Wolff, profesor de seguridad internacional en la británica Universidad de Birmingham, el regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos, podría traer cambios positivos para la guerra en Ucrania, aunque no para Medio Oriente, dado su apoyo incondicional a Israel y su capacidad de respuesta contra Irán.
La segunda administración de Trump también podría acercarse de nuevo a una guerra con Corea del Norte o abrir nuevos conflictos, pero de índole comercial, dada su persistente amenaza de imponer aranceles adicionales a las importaciones de China.
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En Ucrania podría impulsar un alto al fuego
En cuanto a Ucrania, es probable que Trump intente forzar a Kiev y a Moscú a alcanzar un alto el fuego, lo que implicaría, posiblemente, un acuerdo permanente que reconociera las ganancias territoriales de Rusia, incluida la anexión de Crimea en 2014 y los territorios ocupados desde la invasión a gran escala en febrero de 2022.
Aunque, también, es probable que el futuro presidente de Estados Unidos acepte las exigencias del presidente ruso, Vladimir Putin, de impedir una futura adhesión de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dada la conocida animadversión de Trump a la Alianza Atlántica.
Trump podría, una vez más, amenazar con abandonar la alianza para conseguir que los europeos firmaran un acuerdo con Putin sobre Ucrania.
Firme respaldo a Israel
En lo que respecta a Medio Oriente, el republicano ha mantenido firme su respaldo a Israel y Arabia Saudita, por lo que es probable que redoble su apuesta, incluso adoptando una línea aún más dura con Irán.
Esto concuerda perfectamente con las prioridades actuales del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien parece decidido a destruir al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), la milicia libanesa Hezbolá y a los hutíes, aliados de Irán en Yemen, y a degradar gravemente las capacidades iraníes.
“La elección de Trump envalentonará a Netanyahu para actuar. Y esto, a su vez, también fortalecería la posición del nuevo presidente hacia Putin, que ha llegado a depender del apoyo iraní para su guerra en Ucrania”, destacó Wolff en un artículo publicado por la agencia IPS.
China, blanco de su política comercial
En cuanto a China, es probablemente que Trump aumente los aranceles a las importaciones chinas, tal y como lo ha advertido en reiteradas ocasiones, pero también puede ocurrir que Trump esté abierto a acuerdos pragmáticos y transaccionales con el presidente chino, Xi Jinping.
Al igual que en las relaciones con sus aliados europeos en la OTAN, un serio interrogante se cierne sobre el compromiso de Trump con la defensa de Taiwán y otros aliados del tratado en Asia, incluyendo Filipinas, Corea del Sur y, potencialmente, Japón.
Pero como demostró su relación intermitente con Corea del Norte en su primer mandato, Trump está dispuesto, en ocasiones, a ir más allá, acercándose peligrosamente a la guerra. Así ocurrió en 2017 en respuesta a una prueba norcoreana de misiles balísticos intercontinentales.
“Amigos y enemigos por igual van a utilizar los meses que quedan antes de que Trump regrese a la Casa Blanca para tratar de mejorar sus posiciones y conseguir cosas que serían más difíciles de hacer una vez que esté en el cargo”, apuntó Wolff, en su artículo de opinión publicado en https://ipsnoticias.net/2024/11/que-significa-la-victoria-de-trump-para-ucrania-medio-oriente-china-y-el-resto-del-mundo/#google_vignette .






