Un padre, una misionera y un mexicano reabrieron la iglesia de Santa Catalina en Bruselas, Bélgica, con la imagen de la Virgen de Guadalupe, con lo que se abre un nuevo ciclo de fe, esperanza y caridad para el pueblo belga.
Hasta septiembre pasado, la Iglesia de Santa Catalina llevaba casi tres años cerrada y fue con la ayuda y presencia del Padre Eduardo Marot, que se reinstalaron los oficios y trabajos sacramentales en esta importante iglesia de la capital europea.
La Virgen de Guadalupe y un nuevo ciclo de fe en Bélgica
En compañía de la misionera del Sagrado Corazón de Jesús, Alicia Beauvisage, el Padre Marot celebró una misa el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, en la Iglesia de Santa Catalina, junto a su amigo y benefactor mexicano Carlos Cadena Ortiz de Montellano.

Este acto se convirtió no solo en una ceremonia espiritual, sino en un auténtico renacimiento de la comunidad religiosa del centro de Bruselas, donde cientos de personas atendieron a la celebración acompañadas de música mexicana en un auténtico espíritu de festividad, esperanza y armonía.

Iglesia de Santa Catalina, de las más antiguas de Bruselas
La Iglesia de Santa Catalina es una de las más antiguas de Bruselas. Su estructura actual tuvo una construcción que duró 20 años, para terminar en 1874. Sin embargo, se tienen antecedentes de este lugar religioso que van a los años 1200, cuando habría nacido como una pequeña capilla en honor a Santa Catalina.
Su ampliación a la construcción gótica de mayor dimensión se amplió hacia los siglos XIV y XV, pero fue hacia los años 1850, que por daños ocasionados por inundaciones del Río Senne, que se decidió reconstruirla.
A lo largo de su historia ha enfrentado diversas amenazas de demolición y desaparición. Sin embargo, hasta ahora logró permanecer y nuevamente reunió a feligreses, gracias a la participación de los mexicanos religiosos, que instalaron los oficios y trabajos sacramentales.






