Veinte años después del terremoto de 9.1 grados Richter y el subsecuente tsunami, que mató a unas 230 mil personas en más de una docena del Océano Indico y el este de África, la occidental provincia indonesia de Aceh, todavía tiene marcadas las heridas de lo que es hasta ahora el peor desastre natural de la historia mundial
En toda la provincia de Aceh, pero principalmente en la capital, Banda Aceh, los recuerdos de la devastación que causaron las enormes olas de hasta 30 metros de altura están presentes y de han mantenido vivos conforme el paso del tiempo.
El recuerdo de las pérdidas humanas del desastre y las marcas de los daños materiales siguen en algunas zonas de la ciudad costera, e incluso algunos sitios emblemáticos, se han convertido en uno de los principales atractivos turístico de Indonesia.
Los recuerdos están presentes en Aceh
Uno de los lugares más visitados por los nacionales y extranjeros es el Museo del Tsunami de Aceh, en Banda Aceh, donde hay restos de vehículos y objetos, así como fotografías en las que se aprecian los daños y las secuelas siguen afectando Aceh.
Una antigua barcaza flotante que fue arrastrada unos seis kilómetros tierra adentro de la costa por la fuerza del tsunami sigue en la ciudad y fue convertida en una planta productora de diésel, aunque cada año se convierte en un lugar conmemorativo para honrar a las víctimas y recordar lo sucedido.
El 26 de diciembre de 2004, poco antes de las 08:00 horas, un potente terremoto de 9.1 grados en la escala de Richter sacudió la occidental provincia de Aceh, en la isla indonesia de Sumatra, desatando un tsunami que afectó 11 países del Océano Índico y el este de África.
Olas gigantes, de hasta 30 metros de altura, golpearon intensamente minutos después decenas de comunidades costeras de Indonesia, y los países vecinos de Sri Lanka, India y Tailandia, devastando todo a su paso.
Las olas fueron equivales a 23 mil bombas atómicas
Las gigantes olas liberaron una energía equivalente a 23 mil bombas atómicas, 23 mil veces el artefacto que detonó en Hiroshima el 6 de agosto de 1945, borrando prácticamente del mapa la ciudad de Banda Aceh, ya que 18 de sus 23 distritos desaparecieron.
De acuerdo con la Agencia de Manejo de Desastres de Aceh, cientos de construcciones fueron destruidas en cuestión de minutos en la costa norte de la isla de Sumatra y 170 mil personas perdieron la vida, principalmente en Banda Aceh, con más de la mitad de las víctimas, y Aceh Besar.
En la fosa común de Ulee Lheue en Banda Aceh fueron enterradas más de 14 mil personas que perdieron la vida, la mayoría sin identificar y sin funeral, ya que por el exceso de agua, los cuerpos estaban en alto grado de descomposición.
Algunos residentes que nunca lograron recuperar los cuerpos de sus seres queridos colocaron en Ulee Lheue lápidas con sus datos personales para recordarlos y tener un lugar para honrarlos cada 26 de diciembre.
El recuento de los daños
La Base Internacional de Datos sobre Desastres (EM-DAT) estima que un total de 226 mil 408 personas murieron como consecuencia del tsunami, 170 mil de ellas en Indonesia y más de 120 mil en el norte de la isla de Sumatra, y más de la mitad en Banda Aceh, aunque las cifras oficiales ubican en 230 mil el número de muertos.
Las olas viajaron a más de 800 kilómetros por hora (km/h), más del doble de la velocidad de un tren bala, por lo que en un par de horas golpearon las contas de Sri Lanka, India y Tailandia, países en los que 35 mil, 16 mil 389 y ocho mil 345 personas perecieron, de manera respectiva.
Casi 300 personas más perdieron la vida en Somalia, más de 100 en las islas Maldivas, así como decenas más en Malasia y Myanmar.

El tsunami también desplazó a más de 1.5 millones de personas y destruyó cientos de miles de construcciones, dejando sin hogar a decenas miles de personas, según estimaciones de las Naciones Unidas (ONU), que recaudó un fondo de ayuda internacional por 14 mil millones de dólares.
Se estima que los costos totales por los daños en los países afectados ascendieron a más de 10 mil millones de dólares, más de cuatro mil millones de dólares solo en Indonesia.
El mundo está mejor preparado…
A dos décadas del devastador tsunami y las terribles consecuencias que representó para la humanidad, el mundo cuenta ahora con mil 400 estaciones de monitoreo, que emiten en tiempo récord alertas en las zonas de mayor riesgo alrededor de la cuenca del Océano Índico.
Además, existe una mayor conexión entre las naciones y se han organizado diversos foros de prevención. El último de ellos en septiembre pasado en Yakarta, donde de participantes de diversos sectores y países se reunieron para mostrar innovaciones tecnológicas para la prevención de desastres y adoptar soluciones ante un posible caso.