México, 11 may. (AMEXI).- El Centro de Predicción del Clima Espacial (SPWC) mantiene la alerta de tormenta geomagnética extrema, lo por el momento genera auroras polares en México y otras zonas donde habitualmente no son visibles, además de daños a aparatos y sistemas electrónicos como la navegación por satélite (GPS) que puede estar degradada o ser inoperable durante horas.
El organismo a cargo de la Administración Nacional Oceánica Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos reportó que la onda impacta principalmente hacia el polo de 45 grados de latitud geomagnética, cuando o normal es que ocurra entre los 60 y 75 grados. Esta latitud no es la misma que la geográfica, porque el eje magnético del planeta está inclinado respecto al eje rotacional del planeta.
Además de auroras en México, la tormenta geomagnética también puede causar problemas generalizados en el control del voltaje, algunos sistemas de protección pueden desconectar erróneamente activos clave de la red eléctrica y es posible que la propagación de radio de alta frecuencia sea esporádica o quede bloqueada.
La alerta, que estará vigente hasta el domingo, se determinó porque a las 1237 UTC (las 06:37, hora de la Ciudad de México) la SPWC detectó un índice K geomagnético de 8, 9- y de intensidad G4 o severa en la escala NOAA, cuya máxima clasificación es G5,
En tanto que a las 1548 UTC (09:48 hora local) el índice alcanzó el nivel 7 y un nivel G3, que significa fuerte. El índice K indica la intensidad de las variaciones del campo magnético terrestre en intervalos de tres horas. El organismo también reportó que siguen ocurriendo llamaradas de clase X.
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Tormenta histórica, recuerda al Evento Carrington de 1859
La tormenta geomagnética es considerada histórica e inclusos se teme alcance los niveles que alcanzó el llamado Evento Carrington ocurrió en 1859, cuando una gran llamarada solar, mejor conocida como eyección de masa coronal (CME, por su sigla en inglés) causó el fallo de todos los sistemas telegráficos de Europa y Norteamérica, con cortocircuitos que originaron un sinnúmero de incendios y auroras hasta Roma, el norte de Colombia, Santiago de Chile, La Habana, Hawaii e incluso Costa Rica.
La tecnología en ese tiempo no estaba tan desarrollada y por ello las afectaciones a la humanidad no fueron graves; pero actualmente la situación es otra, hay una gran cantidad de aparatos y sistemas electrónicos, desde celulares y paneles solares hasta redes eléctricas y satélites, que pueden resultar dañados por estas descargas de partículas de alta energía y rayos x.
Las partículas con intensa carga magnética arrastradas por el viento solar chocan contra el campo magnético de la Tierra, sobre todo en los polos, y ese roce con la atmósfera terrestre genera luces de vívidos colores, conocidas como auroras polares: boreales en el hemisferio norte y australes en el sur.
La noche del viernes para sábado, miles de personas reportaron auroras de vívidos colores rojizos, verdes, azules, violetas, lilas en forma de líneas, cascadas, cortinas y arcos, en zonas de Suiza, España, la Patagonia chilena, la Ushuaia argentina, la Tasmania australiana, en Nueva Zelanda, Inglaterra, Austria y el norte de Italia.
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Los efectos de la tormenta geomagnética solar se notaron incluso en México, habitantes de Sinaloa, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas, Colima y hasta en Yucatán subieron a sus cuentas en redes sociales impactantes imágenes de luces fugaces.
Neblinas y luces cruzando el cielo de Escocia, a la vista de una mexicana
Desde Edimburgo, la psicóloga mexicana Alexia Revueltas Roux compartió fotos de las auroras que pudieron verse anoche en el cielo de Escocia.
“Las tomé desde el parque de mi casa, que se llama Lochend Park, en Edimburgo, fue alrededor de la media noche. Tuvimos que ir al parque donde estaba más oscuro porque había mucha contaminación lumínica”.
A simple vista se veía “como si fuera una neblina o una nube muy brillante, o unos trazos de luz pasando por el cielo con tenues colores rosas o solo brillante; pero al momento de usar la cámara pudimos ver los colores mucho más brillantes. La intensidad variaba cada cierto tiempo y lo más brillante que se veía sin cámara era un resplandor lila encima de los árboles”.