A mí no me grites», reclamó Alejandro Moreno Cárdenas, senador del PRI, a Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado. Éste replicó: “No me pongas el dedo encima”. El tono del altercado verbal fue en aumento.
Moreno Cárdenas había subido a la Mesa Directiva del Senado, donde se encontraba Fernández Noroña, para reclamarle que pretendiera dar por concluida la discusión sobre la declaratoria de validez de la reforma de Supremacía Constitucional.
A su vez, Fernández Noroña le exigió al priista que pidiera la palabra desde su curul y levantó la voz: “No me pongas el dedo encima”.
Se desató entonces un tenso intercambio en el Pleno del Senado. Los ánimos estaban encendidos: mientras Fernández Noroña exigía a gritos respeto a la presidencia del Senado, Moreno Cárdenas también levantaba la voz para demandar: “A mí no me grites».
Prisa para validar la reforma de la Supremacía Constitucional
En la sesión del pleno senatorial, el presidente de la Mesa Directiva, Fernández Noroña, informó que 23 Congresos estatales validaron la reforma al artículo 107 y la adición de un quinto párrafo al artículo 105 de la Carta Magna en materia de inimpugnabilidad de las adiciones o reformas a la Constitución federal, la llamada ley de Supremacía Constitucional.
Fernández Noroña también puntualizó la lista de los Congresos que habían aprobado la reforma:
Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Durango, Guerrero, Hidalgo, México, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.
Votación y trifulca en el Senado
Tras una breve discusión en el Senado sobre la declaratoria de validez de la reforma, el presidente de la Mesa Directiva pidió a la secretaria que, mediante votación económica, consultara al Pleno si el asunto estaba suficientemente discutido, y la mayoría de Morena, PT y PVEM dijo que sí.
Enseguida procedió a realizar la votación a mano alzada y se alistaba para declarar concluido el debate. Pero la bancada del PRI empezó los reclamos. Acto seguido, Alejandro Moreno subió hasta la Mesa Directiva y muy cerca de Fernández Noroña protestó: “Nos hemos respetado siempre como para que nos des la palabra”.
“Así ha sido”, respondió Fernández Noroña, y le indicó: “No necesitas, senador Alejandro Moreno… vaya a su curul y dígame, dígame desde su curul… dígame desde su curul”.
Una y otra vez Fernández Noroña repetía al priista la petición de que regresara a su curul para pedir la palabra y desde ahí hacer sus comentarios. Dirigiéndose al presidente del Senado, Alejandro Moreno insistió, levantó la mano y extendió el dedo índice. Fernández Noroña reclamó: “¡No me pongas el dedo encima!“.
Los ánimos se encendieron: El presidente del Senado levantaba más y más la voz reclamando a Alejandro Moreno: “¡Respeto a la presidencia! ¡No me toques”. Alejandro Moreno respondía exaltado: “¡A mí no me grites!”.
El conflicto finalizó cuando Jorge Carlos Ramírez Marín, del PVEM, se levantó a calmar los ánimos, junto con otros legisladores y legisladoras morenistas y aliados. Alejandro Moreno regresó a su curul sin dejar de expresar a voz en cuello su desacuerdo con el presidente del Senado.
La discusión concluyó y la sesión abordó los demás puntos de la agenda.
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Fernández Noroña informó que la reforma, que hace inimpugnables las adiciones y reformas a la Constitución mediante el juicio de amparo y otras acciones legales, se remitirá al Poder Ejecutivo para su firma, publicación en el Diario Oficial de la Federación y entrada en vigor.
La reforma afecta los artículos 105 y 107 de la Constitución, limitando las vías para impugnar las reformas constitucionales.