El secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2025, que ofrece un panorama actualizado sobre el uso de sustancias, alcohol, nicotina y su relación con la salud mental en México y que servirá de base para diseñar políticas públicas preventivas.
“Hoy les vamos a presentar la encuesta nacional de consumo de drogas, alcohol y tabaco, un esfuerzo conjunto que forma parte de la estrategia por la paz y contra las adicciones”, señaló el funcionario, al explicar que el estudio fue elaborado por la Subsecretaría de Salud, en coordinación con el Instituto Mexicano de Psiquiatría y el Instituto Nacional de Salud Pública.
La encuesta se aplicó a una muestra de 19 mil 200 personas de entre 12 y 65 años de edad, divididas en dos grupos clave: adolescentes de 12 a 17 años y adultos de 18 a 65.

El ámbito sanitario
De acuerdo con Kershenobich, el objetivo fue analizar “los patrones de consumo, la dependencia, la percepción de riesgo, el acceso y su relación con la salud mental y los determinantes sociales”, lo que permite observar el fenómeno más allá del ámbito estrictamente sanitario.
En el caso de las drogas ilegales, el consumo experimental en adultos aumentó de 10.6% en 2016 a 14.6% en 2025. Sin embargo, en adolescentes se registró una disminución, al pasar de 6.2% a 4.1%.
“La buena noticia es que, cuando comparamos lo que sucede en adolescentes, vemos el impacto que han tenido las políticas públicas”, destacó el secretario.
El cannabis fue la sustancia con mayor incremento en adultos, al subir de 9.3% a 13.3%, mientras que en adolescentes bajó de 5.3% a 3.7%.
“Esto refuerza la importancia de empezar desde la adolescencia con estrategias preventivas para combatir el consumo de drogas ilegales”, subrayó.
Sobre el uso indebido de medicamentos, el funcionario indicó que pasó de 1.3% en 2016 a 2.5% en 2025. En tanto, el consumo de opioides aumentó de 0.1% a 1.4%, aunque subrayó que “a pesar del aumento, sigue siendo un consumo bajo”.
El fentanilo y el vapeo
Precisó además que la prevalencia de fentanilo fue mínima: 0.2% alguna vez y 0.1% en el último año. En este contexto, recordó que ya se aprobó en la legislación que el Tramadol sólo pueda adquirirse con receta médica.
En cuanto al alcohol, el porcentaje de personas que han consumido alguna vez esta sustancia se incrementó de 71% a 73.7%. Llamó la atención el aumento entre mujeres adultas, que pasó de 62.6% a 69.3%.
No obstante, Kershenobich resaltó que el consumo excesivo en adolescentes mostró una caída significativa, de 8.3% a 2.6% en el último año.
En tabaco y nicotina, el consumo de tabaco fumado disminuyó de 17.6% a 15.1%, mientras que el uso de cigarros electrónicos aumentó de 1.1% a 2.6%.
“La transición al vapeo en adolescentes la estamos atendiendo con nuevas regulaciones y campañas educativas, y seguiremos insistiendo en los riesgos del cigarro electrónico”, afirmó.
Uno de los apartados más sensibles de la encuesta fue el de salud mental y el secretario advirtió que la población de 12 a 17 años concentra las mayores vulnerabilidades.
“La evidencia es clara: los adolescentes presentan mayores niveles de malestar psicológico, ideación suicida, violencia y conductas de riesgo”, explicó.
Resaltó que las mujeres registran mayores niveles de malestar psicológico tanto en adolescentes como en adultos, y que la ideación, planeación e intento suicida fueron más altos en adolescentes que en adultos.
¿Y la violencia?
En materia de violencia, indicó que 12.3% de la población encuestada reportó haber sufrido algún tipo de violencia física, emocional o sexual en el último año, cifra que se eleva a 18.1% entre adolescentes, con mayor afectación en mujeres.
Además, la encuesta identificó conductas problemáticas asociadas a apuestas, principalmente en hombres adolescentes.
Kershenobich subrayó que el documento completo, de más de 170 páginas, estará disponible en el portal del Instituto Nacional de Salud Pública y se publicará en la revista Salud Pública de México.
“Esta encuesta nos da evidencia de lo que está pasando y nos permitirá diseñar políticas públicas preventivas”, concluyó, al reiterar que la prioridad del sector salud será la prevención del suicidio, la violencia y el malestar psicológico, especialmente en adolescentes.






