En México mueren 22 mujeres al día por cáncer de mama, es decir más de 8 mil al año, de acuerdo con cifras del Inegi, y en más del 70% de los casos se diagnostica en etapas avanzadas, lo que reduce drásticamente las tasas de supervivencia.
¿El diagnóstico tardío es el principal problema en la atención de esta enfermedad?
Los especialistas señalan que la baja cobertura de detección temprana es una de las causas, ya que solo entre el 5% y 10% de los casos se identifican en fases iniciales, comparado con el 50% en países como Estados Unidos.
Las campañas de mastografías cubren entre el 11% y 21% de la población objetivo centrado en mujeres de 40-69 años, con brechas mayores en zonas rurales y de bajos ingresos.
Otro problema son las desigualdades en el acceso a servicios, ya que la fragmentación del sistema de salud en el IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Salud genera barreras económicas y geográficas, afectando más a mujeres con menor nivel socioeconómico o de regiones sureñas.
Asimismo, influyen las deficiencias en infraestructura y recursos. Es sabido que hay insuficiencia presupuestaria, falta de especialistas en imagenología mamaria y limitaciones en equipos de diagnóstico, lo que agrava la sobrecarga en hospitales públicos.
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Falta de campañas efectivas, mitos culturales, miedo al diagnóstico
Más del 70% de los casos se detectan en etapas III o IV, con supervivencia menor al 50% a cinco años. Esto se debe a la baja cobertura de mastografías, ya que solo el 51.5% de mujeres mayores de 50 años las han realizado, según la Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento, mientras que las autoexploraciones sólo las realizan 65%.
Esto se debe a la falta de campañas efectivas, mitos culturales, miedo al diagnóstico y escasez de equipo en zonas rurales o marginadas. En 2025, el precio de una mastografía puede ser mayor a mil 500 pesos y muchas mujeres no disponen de esa cantidad para tal examen. Ello aumenta la mortalidad.
Además, el cáncer de mama tiene la capacidad de invadir tejidos aledaños, como los ganglios, hígado y pulmón, apunta Claudia Arce Salinas, jefa del Departamento de Oncología Médica en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y profesora de pregrado en la UNAM.
Tres subtipos de cáncer de mama
Arce explica que son tres los subtipos identificados mediante técnicas de inmunohistoquímica. El común representa siete de cada 10 diagnósticos de primera vez. Su crecimiento es lento y se detecta por la presencia de receptores de estrógenos y progesterona. El tratamiento es con medicamentos que bloquean la acción de las hormonas.
El HER2 positivo. Este subtipo se encuentra en dos de cada 10 casos diagnosticados. Causa un crecimiento celular rápido, lo que incrementa la posibilidad de que invada otros órganos. Se trata con agentes biológicos que permiten una alta curación.
“Finalmente, el subtipo triple negativo, nombrado así por la falta de expresión de los tres marcadores mencionados. Representa cerca del 15 % de los casos y su comportamiento biológico es agresivo. Por lo regular, afecta a jóvenes y tiene mayor predominio de metástasis al cerebro o hígado. Si se detecta en etapa metastásica, el pronóstico suele ser malo y la esperanza de vida es de 15 meses, cuando mucho”, apuntó la oncóloga.
¿Qué opciones de tratamiento hay?
Las opciones para tratar este tipo de cáncer dependen del tamaño del tumor y de la presencia de la enfermedad en los ganglios loco-regionales. En general, si son menores a un centímetro, de inicio se atienden con cirugía, seguida de quimioterapia, y puede o no darse radioterapia.
Si son más grandes, primero deben recibir quimioterapia con el objetivo de disminuir el tamaño del tumor y lograr una respuesta completa (ausencia de células neoplásicas) para que la probabilidad de reaparición de la enfermedad a largo plazo disminuya.
Arce Salinas agrega que si quedan células cancerígenas, el pronóstico se agrava. “En tal escenario, o si debutan con metástasis, el manejo requiere la búsqueda de un biomarcador para ver si se benefician de terapia inmunológica, tratamiento estándar en México. De lo contrario, la única opción disponible es la quimioterapia, a fin de prolongar el tiempo y calidad de vida hasta por dos años”.
El cáncer de mama es cada vez más diagnosticado en mujeres jóvenes
Ana Cecilia Botero, oncóloga radioterapeuta en Baptist Health Miami Cancer Institute, parte de Baptist Health South Florida, afirma que aunque el cáncer de mama solía ser más común en mujeres mayores de 50 años, ha surgido una nueva y preocupante tendencia: cada vez más mujeres menores de 40 años son diagnosticadas con esta enfermedad.
“El aumento en pacientes jóvenes resalta la necesidad urgente de educación, detección temprana y acceso a tratamientos personalizados”, explica la doctora Botero.
¿Qué factores influyen?
Aunque no se ha identificado una causa única del cáncer de mama, los expertos señalan:
- Antecedentes familiares o mutaciones genéticas (BRCA1 y BRCA2).
- Influencias hormonales.
- Obesidad e inactividad física.
- Consumo de alcohol y tabaco.
- Estrés y mala calidad del sueño.
- Exposición ambiental.
La detección temprana salva vidas
Las mamografías a partir de los 40 años son recomendables, pero las mujeres con antecedentes familiares deberían considerar revisiones y exámenes más tempranos. La autoexploración es igualmente importante, ya que reconocer cambios en el tejido mamario, bultos o secreciones inusuales puede motivar una atención médica oportuna.
“No tienes que esperar a los 40 para ser proactiva. Para las mujeres con factores de riesgo, la vigilancia debe comenzar antes”, comenta Botero.
También hay innovaciones que están cambiando el panorama, entre ellas destacan:
- Radioterapia de Intensidad Modulada (IMRT): apunta con precisión al tumor y protege el tejido sano.
- Radioterapia Intraoperatoria (IORT): administra radiación en una sola sesión durante la cirugía, acortando el tratamiento total.
- Terapias personalizadas guiadas por la genética del tumor.
Aunque poco frecuente, el cáncer de mama también afecta a los hombres, representando menos del 1% de los casos. Debido a la baja concientización, a menudo reciben un diagnóstico tardío, lo que empeora los resultados.
Las investigaciones demuestran que el ejercicio regular, nutrición equilibrada y limitar el consumo de alcohol reducen el riesgo de cáncer de mama y de su recurrencia.