En cumplimiento de una sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (COIDH), la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) develó una placa con el nombre del indígena chol Antonio González Méndez, base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), desaparecido en1999.
La placa fue colocada la víspera en aula número 12 de la facultad de Derecho de la Uncha, en honor de González Méndez, desaparecido el 18 de enero de 1999 en el municipio de Sabanilla, localidad de la región norte de Chiapas.
Además del nombre de González Méndez, en la placa se resalta que el zapatista luchó incansablemente por mejorar las condiciones de vida de las comunidades indígenas del norte del estado.
El indígena chol también sumió la responsabilidad de la tienda cooperativa Arroyo Frío, un proyecto que buscó que los pueblos pudieran comercializar sus productos de forma justa y acceder a ellos a precios accesibles.
Su compromiso con el EZL lo convirtió en objetivo
Su compromiso público con la organización y la dignidad de los pueblos lo convirtió en un objetivo de las estrategias de contrainsurgencia diseñadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), en complicidad con la Presidencia de la República, y ejecutadas por un amplio entramado de autoridades federales, estatales y municipales.
De acuerdo con un comunicado del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, su desaparición llevó a que el 22 de agosto de 2024, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (COIDH) condenara al Estado mexicano como responsable.
El Tribunal internacional determinó que existían indicios suficientes para considerar probado que Antonio fue desaparecido por el grupo paramilitar Desarrollo Paz y Justicia, organización creada, financiada y entrenada bajo el amparo del Estado mexicano, que además garantizó su impunidad.
La develación de esta placa busca honrar la memoria de Antonio González Méndez, su lucha y sus sueños colectivos.
La placa es una constancia de un crimen de Estado
También pretende dejar constancia en este muro de que su desaparición fue un crimen de Estado, cometido contra Antonio, su familia, su organización y toda la sociedad mexicana. Que esta verdad quede escrita para que nadie la olvide.
Denunciaron, además, que la justicia sigue siendo un deber lejano de ser cumplido. La Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas de Chiapas, actual responsable del caso plantea un protocolo de investigación que no prioriza la indagación sobre el grupo paramilitar responsable, revela su falta de especialización y desatiende los aportes de la familia y su representación.
La declaración resaltó que ninguna de las propuestas de investigación considera la responsabilidad del Ejército mexicano. “Estas negligencias perpetúan la impunidad y limitan las posibilidades de búsqueda”.
Recordaron también que Antonio es uno de los miles de víctimas de la estrategia de contrainsurgencia del gobierno mexicano, sostenida en la impunidad sexenio tras sexenio. Su historia encarna la de los desplazados, los asesinados, masacrados, como nuestras 45 hermanas y hermanos de Acteal, y los cientos de miles que siguen desaparecidos.
“En su nombre evocamos también a Minerva Guadalupe Pérez Torres, desaparecida a los 19 años por integrantes del grupo paramilitar Paz y Justicia. Han pasado casi 30 años desde aquel horror, y la herida sigue abierta”.
Las víctimas merecen verdad y justicia
Todas las víctimas de este oscuro periodo de la historia de Chiapas merecen verdad y justicia, frente a una herida abierta por décadas, sin que ninguna autoridad haya mostrado un interés real por acercar la justicia, por reescribir la historia y nombrar a sus verdugos.
Encomendamos a la comunidad estudiantil la tarea de reivindicar este espacio, de convertirlo en un símbolo y un llamado permanente a luchar por la justicia frente a los crímenes que el Estado ha cometido, y mantiene en la impunidad.
“Que esta placa sea símbolo de la memoria digna que este edificio de la Facultad de Derecho llevará consigo. Que evoque en su esencia la lucha por la Verdad, la Justicia y la No Repetición, recordándonos que existe una deuda histórica y profunda que sólo se saldará cuando logremos encontrarles a todas y todos”.
Al acto asistieron sus familiares, representantes de organismos de derechos humanos y autoridades universitarias.
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