Ciudad de México, 30 jul. (AMEXI).- ¿Diarrea durante las vacaciones? Esta afección, presente en 40% de las personas que viajan puede arruinar cualquier paseo y convertir el descanso en una experiencia desagradable y estresante.
Las bacterias Escherichia coli y Campylobacter son las principales causantes de la “diarrea del viajero”, aunque también pueden estar involucrados virus y parásitos.
De acuerdo con un estudio del Hospital Universitario de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, “las enfermedades diarreicas causadas por la contaminación de agua y alimentos por enteropatógenos continúan generando importante morbilidad en los países con escaso nivel de desarrollo” y pueden originar, entre otras enfermedades, la gastroenteritis.
Los agentes enteropatógenos son microorganismo que bajo ciertas circunstancias pueden producir enfermedades del sistema digestivo y se transmiten vía oral-fecal.
Se estima que ocurren más de 50 mil casos diarios de diarreas del viajero en el mundo y es el principal motivo de consulta de los viajeros que regresan de zonas no desarrolladas.
“El principal determinante de riesgo es el lugar de destino, existiendo diferencias importantes entre las distintas regiones en cuanto al riesgo y la etiología de la diarrea. La causa más frecuente de diarreas es la bacteriana, que representa de 60% a 85% de los casos, los parásitos representan 10% y 5% están producidas por virus”, detalla el estudio.
Aunque habitualmente ocurre de forma benigna, pueden aparecer complicaciones, siendo excepcional la mortalidad asociada esta enfermedad, precisa el documento.
“La prevención se basa fundamentalmente en seguir estrictamente las medidas higiénicas elementales y evitar la ingesta de alimentos y bebidas con riesgo de contaminación”, advierte.
El uso de antibióticos sólo se aconseja en viajes de corta duración, en los que el riesgo y/o gravedad de las diarreas, sobre todo en pacientes inmunosuprimidos, sean superiores a los posibles efectos colaterales: “El tratamiento de la diarrea del viajero se basa en una adecuada hidratación y se reserva el uso de antimicrobianos para situaciones clínicas moderadas y graves”, subraya el texto.
Marcos Alvarado Cuevas, especialista en Nutrición Clínica, una parte de la medicina que se ocupa de atender pacientes que padecen enfermedades en las que una alimentación adecuada forma parte de su tratamiento y ofrece consejos para prevenir la aparición de enfermedades vinculadas a una alimentación inadecuada, señala en un comunicado que este tipo de diarrea no es una enfermedad específica, sino un conjunto de síntomas gastrointestinales.
Estos “se presentan durante o después de un viaje. Además, ciertos grupos que son más propensos a sufrirla, como adultos jóvenes, personas con sistemas inmunológicos debilitados o con enfermedades crónicas, como diabetes, renales y hepáticas, así como aquellas que toman bloqueadores de ácido”, explica.
Precisa que este tipo de afecciones puede clasificarse según su frecuencia y duración en diarrea ligera, con uno o dos episodios diarios sin síntomas adicionales; diarrea moderada, con menos de tres episodios diarios, dolor abdominal o más de tres episodios sin síntomas adicionales. Diarrea grave, con más de tres episodios diarios acompañados de fiebre, vómitos o sangre en las heces.
También se clasifican en diarrea aguda, con menos de 14 días de duración; diarrea persistente, más de 14 días de permanencia y diarrea crónica, la cual se extiende más allá de los de 30 días.
Al respecto, Alvarado Cuevas mencionó la necesidad de consumir fibra, seleccionar alimentos, ser selectivos, consumir los que estén bien cocidos y evitar los crudos, buena higiene, hidratarse, consumir probióticos y prebióticos, y evitar antibióticos preventivos.







