Por Alina Pantoja
Ciudad de México, 30 jun. (AMEXI).- Este sábado la Ciudad de México conoció diversas historias que compartieron durante la edición 46 de la Marcha del Orgullo LGBTIQ+, historias que resaltan la vida de quienes enfrentan diversas situaciones de amor, desamor, discriminación e incluso violencia.
Como fue la historia de una mujer trans que relató cómo un médico la dejó destrozada, hasta otras que contaron sus historias de amor y encontraron en la marcha un espacio para vestirse y marchar con orgullo.
La Ciudad de México vibró con el espíritu de la igualdad y el respeto, mientras miles de voces unidas clamaron por un mundo más justo y libre de discriminación. Esta edición de la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ no solo celebró la diversidad, sino que también subrayó la importancia de la visibilidad y la lucha continua por los derechos de la comunidad.
Miles de personas tomaron las calles de la Ciudad de México para celebrar que el amor es amor y exigir el fin de las violencias y discriminaciones que sufren las comunidades LGBTIQ+.
En su edición número 46, este sábado, la marcha estuvo acompañada de cantantes, carros alegóricos y diversas expresiones artísticas que llenaron de color y música el evento.
El banderazo de salida se dio a las 12 del día desde el Ángel de la Independencia, lo que marcó el inicio de una jornada llena de mensajes de amor, abrazos, rechazo a la homofobia y la petición de la inclusión.
Bajo el lema de este año: “Ante un Estado Opresor y la Sociedad Indiferente, ¡Exigimos Vivir Dignamente!”, las personas participantes marcharon con orgullo y convicción.
Una de las novedades de esta edición fue el «Tramo del Silencio», una protesta en memoria de las víctimas de crímenes de odio y las personas desaparecidas de la comunidad.
En este tramo, el contingente de personas desaparecidas mostró carteles con imágenes y nombres de familiares y amigos que han desaparecido, exigiendo justicia y visibilidad para sus casos.
Además, el bloque disidente llevó un ataúd en homenaje a todas las personas de la comunidad que han sido desaparecidas y asesinadas.
Durante la marcha se ofrecieron pruebas gratuitas de detección de VIH, sífilis y hepatitis C, con el fin de promover la salud y el bienestar dentro de la comunidad LGBTIQ+. Estas acciones subrayan la importancia de la prevención y el acceso a servicios médicos para todas las personas.
Las consignas de las y los manifestantes reflejaban diversas demandas y celebraciones. Entre ellas, destacó «Nada que curar», en referencia a la reciente prohibición de las terapias de conversión, un avance significativo en la lucha por los derechos humanos y la dignidad de las personas LGBTIQ+.
El ambiente festivo se extendió a los negocios de las calles de Madero y aledañas, muchos de los cuales se pintaron de colores para unirse a la celebración. La ciudad se transformó en un mosaico vibrante de apoyo y solidaridad.