Muchas startups de IA no sobrevivirán y hasta 90% podrían desaparecer en los próximos años, afirmó Mark Randolph, cofundador y primer CEO de Netflix en el foro Vtex Connect Latam.
Cabe señalar que las startups son empresas de reciente creación con un modelo de negocio innovador y escalable, usualmente basado en tecnología, que tiene un alto potencial de crecimiento y busca expandirse rápidamente en el mercado.
A diferencia de las Pymes tradicionales, las startups priorizan la agilidad, la adaptación rápida a los cambios, la experimentación constante y la obtención de financiación externa, como el capital riesgo, para impulsar su crecimiento exponencial.
Probar ideas en las noches o fines de semana
Según Marc Randolph, “no se necesitan grandes inversiones para probar ideas. Se puede hacer en las noches, los fines de semana, sin dejar todo en juego”. Sin embargo, asistentes al evento comentaron entre sí que generar ideas sí es posible hacerlo de ese modo, pero ¿qué tan real es ponerlas en marcha en México y si es posible que en el país sean exitosas?
La edición 2025 de Vtex Connect Latam es el evento de comercio digital más relevante de Latinoamérica, que reunió a miles de asistentes, más de 40 conferencistas internacionales y 50 marcas líderes del sector.
El cofundador de Netflix reconocido por transformar la industria del entretenimiento y como mentor, inversionista y asesor de startups a nivel global, subrayó que este proceso con el que desaparecen empresas es natural y sirve para descubrir qué modelos de negocio funcionarán.
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Estructuras rígidas y modelos difíciles de modificar limitan a las empresas
En el evento, donde el gerente general de Vtex para Norteamérica, Héctor Tinjacá, mencionó que en 2030 el 90% de los mexicanos comprará en línea y que hoy la gente prefiere motores de inteligencia artificial como ChatGPT como buscadores de tiendas, Randolph precisó que las estructuras rígidas y modelos difíciles de modificar limitan a las empresas.
Sin detallar cuáles estructuras y modelos, el cofundador de Netflix recalcó que estos dañan a las grandes empresas de México, sin embargo, representan una oportunidad para la creación de nuevas empresas basadas en IA y tecnología.
Al respecto, especialistas en análisis de este tipo de estructuras y modelos indicaron que las grandes empresas en México enfrentan diversas barreras estructurales y modelos organizativos inflexibles que obstaculizan su innovación, productividad y adaptabilidad en un entorno globalizado y volátil.
Estas limitaciones derivan de factores internos, como jerarquías y propiedad concentrada, y externos, como regulaciones y políticas públicas. Estos generan ineficiencias, costos elevados y resistencia al cambio.
Diversos obstáculos
Análisis económicos y estudios recientes resaltan procesos administrativos extensos y trámites gubernamentales que ralentizan decisiones y operaciones, incluyendo permisos, impuestos y cumplimiento normativo.
Ello produce aumento de costos operativos hasta 20-30% del tiempo gerencial y limita la agilidad para responder a mercados dinámicos, como el nearshoring. Además, estructuras de grupos económicos con alta concentración de acciones en familias o elites, con mecanismos como acciones con voto restringido que minimizan contrapesos.
Esto reduce la protección a inversionistas minoritarios, fomenta decisiones conservadoras y dificulta la diversificación o fusiones, perpetuando ineficiencias. Lo anterior produce control centralizado, adaptándose lentamente a entornos internacionales pese a interacciones globales. Son “camisas de fuerza” institucionales que limitan innovación.
Modelos verticales inservibles
Los modelos verticales con múltiples niveles de aprobación, heredados de tradiciones corporativistas, que priorizan relaciones sociales sobre meritocracia, generan lentitud en toma de decisiones, sobrecarga en líderes y falta de visión global.
Con productividad cayendo hasta 25% en entornos inflexibles, la estructura funcional genera rigidez ante cambios tecnológicos o de mercado. La rigidez laboral y escasez de talento calificado. Limita la atracción y retención de personal, frenando escalabilidad.
Los expertos recomiendan transitar a modelos híbridos con divisiones semi-autónomas o redes fluidas; invertir en digitalización y reformar incentivos fiscales. Para ello se necesita voluntad política y cultural, ya que el 95% de las empresas mexicanas son Pymes, pero las grandes dominan el empleo formal (16-21%) y su estancamiento afecta el PIB.
¿Una nueva idea es fácil de echar a andar en México?
Datos recientes indican que México cuenta con aproximadamente 13 mil 700 startups registradas en el ecosistema emprendedor, de las cuales alrededor de mil 137 se destacan como las más prominentes por inversión, empleados y tráfico web, según el Global Startup Ecosystem Index de StartupBlink.
Esta cifra incluye empresas en etapas tempranas y de crecimiento, con un enfoque en sectores como fintech, e-commerce y movilidad. De acuerdo con los especialistas, las startups en México enfrentan un ecosistema desafiante, y alrededor del 75% de los emprendimientos cierran antes de cumplir dos años de operación.
Aunque el ecosistema ha crecido, factores estructurales, operativos y económicos persisten como barreras. Una gran idea e incluso una startup tecnológica que ya esté en marcha puede tener problemas para escalar en México.
Principalmente si no logra acceder a financiamiento inicial, enfrenta trámites burocráticos para registrar su empresa o no encuentra un mercado dispuesto a pagar por su producto debido al bajo poder adquisitivo. Además, si opera en una zona con inseguridad, puede enfrentar extorsiones que eleven sus costos.
Los principales obstáculos
De acuerdo con especialistas, estos son los principales obstáculos por los que no se pueden echar a andar ideas o habiendo iniciado una empresa, puede abortar:
- Burocracia y trámites excesivos. Los trámites para abrir y operar un negocio suelen ser lentos, costosos y llenos de requisitos. Según el índice Doing Business del Banco Mundial, México ocupaba lugares bajos en facilidad para iniciar un negocio debido a la cantidad de procedimientos y el tiempo requerido.
- Falta de acceso a financiamiento. Aunque una idea sea innovadora, el acceso a capital es limitado. Las tasas de interés para préstamos a pequeñas y medianas empresas son altas, y los programas gubernamentales de apoyo suelen ser insuficientes o poco accesibles.
- Corrupción y falta de transparencia. La corrupción en distintos niveles del gobierno y en el sector privado puede desincentivar el crecimiento de negocios. Sobornos, extorsiones o favoritismos hacia empresas establecidas dificultan la competencia justa, especialmente para emprendedores nuevos.
- Inseguridad y crimen organizado. En muchas regiones de México, la inseguridad, el cobro de “derecho de piso” y la extorsión por parte de grupos criminales afecta a los negocios, especialmente a los pequeños. Esto incrementa los costos operativos y genera incertidumbre.
- Mercado competitivo y saturado. En sectores de éxito tradicional, como alimentos, comercio minorista o tecnología, la competencia es feroz y las grandes empresas o marcas extranjeras suelen dominar. Las Pymes luchan por diferenciarse y ganar cuota de mercado sin los recursos de las grandes corporaciones.
- Falta de infraestructura adecuada. Problemas como la conectividad limitada en zonas rurales, el acceso intermitente a servicios básicos como electricidad e Internet, o la infraestructura de transporte deficiente pueden limitar el alcance y la operatividad de un negocio.
Aunque México tiene una economía grande, el poder adquisitivo de gran parte de la población es bajo, lo que limita el mercado para productos o servicios innovadores, especialmente si no están dirigidos a necesidades básicas.
Otros factores limitantes son: dependencia de políticas públicas, falta de redes de apoyo y mentoría.