Por Maribel Islas y Fernanda Juárez
El legado de Tenochtitlán no es una ruina ni una nostalgia, es semilla y es esperanza, sostuvo la presidenta Claudia Sheinbaum al encabezar la ceremonia de los 700 años de la Fundación de México-Tenochtitlán en el Zócalo de la Ciudad de México.
“Una semilla que sigue brotando, que sigue luchando, que sigue enseñándonos que la historia no se borra, que la raíz no se niega y que el verdadero futuro sólo puede construirse si abrazamos con valentía todo lo que fuimos y todo lo que somos”, expuso.

Por ello, advirtió, erradicar el racismo no es una opción, es una necesidad y una obligación para construir una sociedad justa, incluyente, y digna para para todos”.
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Pedir perdón no debilita
En medio de las polémicas vacaciones de morenistas en España y la vieja añoranza de que ese país pida disculpas a México por la conquista, la presidenta aseguró que los gobiernos que tienen el valor de pedir perdón por las atrocidades del pasado no se debilitan.
“Los gobiernos que tienen el valor de pedir perdón por las atrocidades del pasado, que marcaron su historia, no se debilitan, se reconcilian consigo mismos y crecen con una libertad que sólo otorga la verdad profunda”, recalcó.
Por ello, expuso, la Cuarta Transformación no es solamente un proyecto económico o político, “es, sobre todo, un proyecto de dignidad, un proyecto que reconoce que no puede haber justicia verdadera sin saldar la deuda histórica con los pueblos indígenas”.
Desde el arranque de su administración, Sheinbaum respaldó a su antecesor Andrés Manuel López Obrador en la necesidad de obtener una disculpa pública de España por la Conquista.
Los españoles encontraron un imperio sólido
La titular del Ejecutivo resaltó que, con la llegada de los españoles en 1519, lo que encontraron no fue una tierra vacía ni salvajismo, sino lo que encontraron fue un imperio sólido con leyes, lengua, escritura, medicina, formas de cultivo, ingeniería, cultura, conocimientos astronómicos.
Añadió que lo que vieron en Tenochtitlán, sus templos, sus mercados, su gente organizada y escuelas, los hizo pensar que estaban ante algo sobrenatural.
Por ello, criticó que, en lugar de comprenderlo decidieron aplastarlo. “La caída de Tenochtitlán en 1521, no sólo significó la destrucción de una ciudad, fue el inicio de un largo proceso de colonización que buscó borrar el rastro de lo indígena”.
“La colonia no sólo sometió los cuerpos, sino también quiso someter las mentes que perduraron por siglos. Se buscó avergonzarnos de nuestro origen indígena como nación”, recordó.
Orgullo por el origen indígena de México
En ese contexto, la mandataria federal advirtió que no puede haber identidad nacional sin reconocer y dar su lugar al profundo y orgulloso rostro indígena de México, su esencia y su grandeza cultural.
“Recuperar el legado de Tenochtitlán no significa vivir en el pasado, significa reconocernos en él, significa entender que lo que somos hoy… está profundamente marcado por esa historia, y que sólo podremos avanzar como nación si caminamos con esa memoria, con ese orgullo, con esa fuerza”.
Brugada: 700 años después, el legado mexica sigue vivo
“700 años después, el legado mexica sigue vivo”, afirmó la jefa de gobierno, Clara Brugada, al acompañar a la presidenta Claudia Sheinbaum en el Zócalo capitalino a la celebración “México-Tenochtitlán, 7 Siglos de Legado de Grandeza”.
Brugada Molina dijo que mientras exista el mundo vivirá por siempre la gloria de México-Tenochtitlán, pues recordó que las piedras con las que se erigieron los edificios coloniales de la otrora Ciudad de Los Palacios, hoy Ciudad de México, provienen de las construcciones aztecas.
“Las manos y brazos que las levantaron y las tallaron eran de nuestros abuelos mexicas. Tenemos que recordar siempre que esta gran ciudad, que aquí en este glorioso Zócalo, tenemos cimientos y encontramos aquí abajo la gran civilización mexica”, exclamó la mandataria local.
Herederos de una gran cultura
Ante la presencia de funcionarios locales y asistentes, Brugada Molina destacó que los mexicanos somos herederos del patrimonio de aquellos que fundaron esa ciudad, cumbre de la civilización mesoamericana.
“Hoy con este acto, 700 años después a más de 13 ataduras de 52 ciclos, honramos la memoria de las mujeres y hombres que la fundaron. 700 años después, el legado mexica sigue vivo”, recalcó.
Además, hizo un emotivo homenaje a los héroes y heroínas que resistieron y defendieron esta ciudad. “¡Que viva Moctezuma! ¡Qué viva Cuitláhuac! ¡Que viva Cuauhtémoc! y ¡Que viva mujer Tecuixpo!”, enfatizó.
En el evento también se hizo un homenaje a las deidades mujeres, a las diosas que acompañaron a la grandeza cultural de México-Tenochtitlán: La Coatlicue, Coyolxauhqui y la Tlaltecuhtli.






