En un mensaje que busca romper las divisiones del mundo actual, el Papa León XIV presentó la exhortación apostólica Dilexi te (“Te he amado”), en la que llama a reconocer que los pobres no son “los otros”, sino parte esencial de “los nuestros”, señala el editorial Desde La Fe.
El documento, de fuerte contenido social y espiritual, ofrece una reflexión sobre las distintas formas de pobreza que atraviesan a las personas: la falta de recursos materiales, la marginación, la pobreza moral y espiritual, la cultural, y la de quienes viven en condiciones de fragilidad o sin derechos plenos.
“Las heridas de los pobres son las heridas del mismo Cristo”, escribe León XIV al recordar que la pobreza interpela no sólo a las conciencias individuales, sino también a las estructuras sociales, políticas y económicas del mundo.
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Llamado a responder con humanidad
El Papa advierte que, ante tantas pobrezas, no basta una sola respuesta. A la carencia material —dice— deben responder el trabajo digno, la alimentación y las políticas públicas justas; a la pobreza de dignidad, la defensa de los derechos humanos y la inclusión social; a la pobreza espiritual, la reconstrucción del tejido comunitario y familiar.
Asimismo, subraya que la educación y la cultura son herramientas fundamentales contra la pobreza cultural, y que el cuidado de la salud mental, la protección de la infancia y las redes de apoyo son esenciales para enfrentar las fragilidades personales y sociales.
Contra la ilusión del mérito absoluto
León XIV dedica un apartado a lo que llama la “falsa meritocracia”, una visión que premia únicamente el éxito y desprecia la realidad de millones que trabajan sin descanso y no logran vivir con dignidad. “No todos parten del mismo punto —advierte—; creer lo contrario es cerrar los ojos a la justicia.”
Caminos para transformar la realidad
El Papa propone cinco actitudes para quienes deseen comprometerse con el cambio:
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Reconocer la propia vulnerabilidad y verla reflejada en los pobres.
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Acercarse a sus historias con empatía y tiempo compartido.
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Construir proyectos integrales que unan sociedad civil, empresas e instituciones.
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Incidir políticamente con un voto consciente y una exigencia de políticas humanas.
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Educar a las nuevas generaciones en una cultura de solidaridad y fraternidad.
Los pobres, el rostro de la esperanza
Para León XIV, los pobres no son destinatarios de caridad, sino maestros de esperanza. “Atender todas las pobrezas —señala— es el camino concreto por el cual el Reino de Dios se hace visible en la historia.”
Con Dilexi te, el Papa entrega una guía moral para un tiempo de crisis y fragmentación: una invitación a mirar a los pobres no con distancia, sino con reconocimiento, porque en su rostro —dice— “se revela también el rostro de toda la humanidad”.