El secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, afirmó que la explosión registrada el sábado en Coahuayana, Michoacán, no se trató de un acto de terrorismo, sino de una agresión ligada a la disputa entre grupos delictivos que operan en la región.
En conferencia de prensa, explicó que el ataque lo perpetraron dos agresores que se inmolaron dentro de un vehículo estacionado frente a la comandancia de la Policía Comunitaria.
Subrayó que no hubo intención de generar terror por motivos ideológicos, políticos o religiosos, elementos indispensables para tipificar el delito de terrorismo según la legislación nacional e internacional.
“Este caso se investiga por delitos relacionados con delincuencia organizada, como tráfico y acopio de armas. No corresponde a terrorismo”, puntualizó.
García Harfuch señaló que la agresión en Coahuayana se enmarca en la pugna territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos, que buscan extender su dominio en la costa michoacana para controlar rutas de trasiego de drogas y mantener actividades ilícitas como extorsión, narcomenudeo, tráfico de armas y minería ilegal.
El saldo confirmado por autoridades federales y estatales es de cinco personas que perdieron la vida: tres integrantes de la Policía Comunitaria y dos personas aún sin identificar. No se reportaron civiles con lesiones, aunque sí varios elementos de seguridad heridos por la detonación.
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