Ciudad de México, 12 oct. (AMEXI).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó la importancia de gestionar el riesgo de desastres en México. Estos fenómenos incluyen deslizamientos de tierra, sismos, huracanes, inundaciones y sequías.
La prevención y la preparación ante el riesgo de desastres deben ser prioridad del gobierno de Claudia Sheinbaum, y responsabilidad compartida con estados, municipios, comunidades e individuos, señaló la casa de estudios.
Agregó que es de gran importancia Identificar amenazas, implementar alertas tempranas y establecer planes de respuesta y rehabilitación son acciones fundamentales para reducir riesgos.
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A su vez, BBVA señaló que México, por su ubicación geográfica, es propenso a terremotos. El choque de varias placas tectónicas convierte al país en una de las naciones con mayor frecuencia sísmica .
Expuso que tormentas tropicales, ciclones y huracanes provocan lluvias intensas y vientos fuertes, ocasionando inundaciones en áreas urbanas y rurales. Estos fenómenos también pueden bloquear carreteras esenciales y afectar a estados como Michoacán, Edomex, Tabasco, Jalisco y Chihuahua.
Entre junio y noviembre, la temporada de huracanes impacta las costas del Pacífico, el Golfo y el Caribe. Las heladas dañan cultivos y afectan a poblaciones vulnerables, mientras que las sequías prolongadas afectan tanto la salud humana como la agricultura y la prevención de incendios.
Educación en gestión de riesgos
Irasema Alcántara Ayala, del Instituto de Geografía de la UNAM, consideró que es de gran importancia promover la educación en gestión de riesgos. Señaló que lluvias, sismos, erupciones volcánicas y actividades humanas, como la minería y la construcción en terrenos inestables, desencadenan deslizamientos de tierra.
Planteó que los desastres naturales causan pérdida de vidas, desplazamientos forzados y destrucción de infraestructura. Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Baja California, Veracruz y la Zona Metropolitana de la Ciudad de México figuran entre las regiones más vulnerables.
Alcántara destacó que la urbanización descontrolada, la falta de planificación y la deforestación incrementan los riesgos. Urgió a gestionar el riesgo de forma integral mediante políticas públicas basadas en evidencia científica y participación activa de la sociedad civil.