Ciudad de México, 13 jun. (AMEXI).- La rehabilitación no sólo es la última parte de la medicina, involucra la prevención de cualquier elemento que pueda afectar nuestra funcionalidad, por ello el IMSS realiza 9 millones de sesiones de terapias al año para optimizar la movilidad de los pacientes.
Es necesaria “la atención de las patologías que ya llevan un seguimiento y que no han afectado su funcionalidad aún. La parte preventiva involucra evitar mucho dolor y molestias, lo que son elementos de relativamente fácil aplicación, como higiene de columna para evitar dolor de espalda baja y cuello, así como un control adecuado de la hipertensión y diabetes”.
José Delgado García, jefe de Área Médica en la División de Unidades y Servicios de Rehabilitación, explica lo anterior en un comunicado y llama a los pacientes a dar continuidad a sus tratamientos, a fin de disminuir la posibilidad de complicaciones y secuelas.
Precisa que la rehabilitación es un conjunto de intervenciones diseñadas para optimizar la funcionalidad y reducir la discapacidad de pacientes que podrían tener afectaciones por enfermedad, trastorno o lesiones que alteren la interacción con su entorno.
“Todo aquel paciente que puede tener una complicación inclusive por una estancia prolongada de hospitalización o después de una terapia intensiva, son susceptibles a una intervención de rehabilitación para recuperar su función”, detalla.
El Seguro Social cuenta con 189 servicios y unidades de rehabilitación distribuidos en 51 unidades de primer nivel, 116 en Hospitales Generales en el segundo nivel y 22 en Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE) en el tercer nivel.
Delgado García expone que cada uno de estos servicios cuenta con diferente equipamiento, desde medios físicos, ultrasonidos terapéuticos, aplicación de distintos tipos de corriente terapéutica, hidroterapia con tinas de remolino y tanques, hasta equipos isocinéticos, evaluación robótica, así como terapia ocupacional y del lenguaje.
La atención de rehabilitación se realiza ya sea en las unidades de manera ambulatoria o directamente en la cama de hospitalización, si algún paciente así lo requiere.
“Todo paciente que tiene riesgo de perder la funcionalidad va a requerir una atención de rehabilitación, como potencialmente puede verse en dolor lumbar, fracturas, esguinces, cirugías de columna, prótesis de rodilla, intervenciones de hombro, eventos vasculares cerebrales o traumatismos craneoencefálicos con alguna secuela neurológica, entre otros”, explica el especialista.
Delgado García subraya que en estos servicios también se atiende a menores de edad con riesgo de daño neurológico, mediante intervenciones tempranas.