En México, se estima que unas 770 mil personas viven con parálisis cerebral (PC), condición que se posiciona como la principal causa de discapacidad motora en la infancia, según datos del INEGI.
A nivel global, se calcula una prevalencia de 2 a 3 casos por cada mil nacidos vivos. Sin embargo, en México la incidencia es mayor, alcanzando 4.4 por cada mil, cifra que supera el promedio mundial y subraya las deficiencias en la prevención y atención temprana.
Actualmente, en el país hay 8.8 millones de personas con alguna discapacidad, entre las cuales se encuentra la parálisis cerebral.
¿Qué es la parálisis cerebral?
Se trata de un grupo de trastornos permanentes que afectan el movimiento y la postura, originados por una lesión o disfunción cerebral no progresiva. Esta condición puede ocurrir durante el desarrollo del feto o en la infancia, hasta los tres años de edad.
Los síntomas principales incluyen alteraciones en el movimiento, la postura y la coordinación, así como debilidad en las extremidades, dificultad para hablar o tragar y movimientos involuntarios. Frecuentemente, se acompaña de comorbilidades como epilepsia, déficits cognitivos o problemas sensoriales.
En el marco del Día Mundial de la Parálisis Cerebral, conmemorado cada 6 de octubre, la Secretaría de Salud destacó que la detección temprana y la prevención son factores determinantes para mejorar la calidad de vida de las personas con esta condición y reducir su incidencia.
De acuerdo con especialistas, la incidencia es particularmente alta en el noreste de México debido a la falta de seguimiento en neonatos de alto riesgo.
Lee:¿Persiste en México la Parálisis Flácida Aguda (PFA)?. Entérate
La importancia de la atención prenatal temprana
La Secretaría de Salud señala que entre las medidas preventivas más efectivas se encuentran la atención prenatal temprana y continua, el control adecuado del embarazo y la prevención de infecciones. Una correcta supervisión médica durante la gestación puede ayudar a evitar nacimientos prematuros, bajo peso al nacer o complicaciones infecciosas, factores directamente asociados a un mayor riesgo de parálisis cerebral.
Se recomienda mantener al día la vacunación contra la rubéola antes y durante la etapa reproductiva para prevenir infecciones que puedan afectar al feto. En la infancia, es fundamental prevenir traumatismos craneales mediante el uso de asientos de seguridad en el automóvil, cascos para bicicleta y barandales en camas.
La dependencia también impulsa acciones de atención integral durante la primera infancia. Destaca el Protocolo Nacional de Atención Médica (PRONAM) para los primeros mil días de vida, que abarca desde la gestación hasta los dos años. Este protocolo establece lineamientos basados en evidencia científica sobre control prenatal, nutrición, actividad física, salud mental materna, vacunación, tamizajes y desarrollo neurológico infantil.
Principales desafíos en la atención en México
- Diagnóstico tardío: Muchos casos no se identifican en etapas iniciales (antes de los 2 o 3 años) por la ausencia de programas sistemáticos en la atención primaria y perinatal. La plasticidad cerebral en los primeros meses de vida permite aplicar intervenciones que minimizan las secuelas, una oportunidad que se pierde debido a estos retrasos.
- Disparidades geográficas: En las zonas rurales existe una notoria escasez de centros especializados, acceso a terapias (fisioterapia, ocupacional, del lenguaje) y seguimiento multidisciplinario. Se estima que solo el 10 % de los casos recibe atención integral en el sistema público.
- Recursos insuficientes: El presupuesto en salud pública destinado a este padecimiento es bajo, mientras que los costos para las familias pueden ser entre 10 y 26 veces mayores para niños con comorbilidades. Faltan recursos básicos como sillas de ruedas, ortesis y personal capacitado, lo que genera una sobrecarga en los cuidadores. De hecho, el 52.8 % de las familias reporta una carga severa.
- Falta de apoyo integral: Existe una ausencia de programas de apoyo psicosocial para las familias, lo que genera un profundo estrés emocional y financiero. Además, la educación especializada es limitada y persisten barreras significativas para la inclusión escolar.
Estas deficiencias perpetúan un ciclo de exclusión en el que la parálisis cerebral no solo limita el movimiento, sino también el acceso a derechos fundamentales como la educación y el empleo.
LEER: ¿Qué enfermedades graves de infantes ya tienen protocolos nacionales?
La atención durante el embarazo y la primera infancia reduce el riesgo de parálisis cerebral
➡️ https://t.co/W0gGnnXBgD pic.twitter.com/6uAY20bwUQ
— SALUD México (@SSalud_mx) October 6, 2025