Ciudad de México, 12 jul. (AMEXI).- Desde 2022, la incidencia y la mortalidad por tuberculosis aumentaron, pero con la llegada de la pandemia por Covid-19, los sistemas de salud se volcaron al nuevo virus y dejaron de lado el monitoreo, seguimiento y vacunación de la antigua enfermedad que además se agrava en casos de diabetes.
Estefanía Alemán Navarro, doctorante del Programa de Ciencias Bioquímicas en el Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, junto con la investigadora Yvonne Rosenstein en calidad de tutora, publicó recientemente el artículo “Pero… la tuberculosis, ¿no estaba ya erradicada?”, en la revista de divulgación del IBt.
“Con el Covid-19, que llegó para quedarse, la humanidad enfrenta un terrible dúo”, advierten investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Una cuarta parte de la población mundial está infectada
De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021 hubo 10.6 millones de nuevos casos y 1.6 millones de decesos relacionados.
En contraste con lo que sucede a escala global, en México se estima que en 2019 la tasa fue de 23 casos por 100 mil habitantes, lo que significa que 23 mil personas enfermaron. En el mismo año hubo dos mil 600 defunciones, refieren las especialistas.
Indican que una cuarta parte de la población mundial está infectada con mycobacterium tuberculosis, es decir, tiene tuberculosis latente, aunque los individuos con esta condición no contagian la infección, pues la bacteria está encapsulada en el pulmón; sin embargo, apuntan, este problema se ha agravado por la emergencia de la diabetes mellitus.
Las investigadoras resaltan que durante la pandemia por la Covid-19, los sistemas de salud se volcaron a atender los diversos aspectos de esta enfermedad, pero advirtieron que se requiere retomar el monitoreo tanto de la tuberculosis como de otros padecimientos, dar seguimiento a los pacientes y promover la vacunación, entre otros factores.
Durante los últimos 30 años, con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se consiguió disminuir la incidencia y las muertes asociadas disminuyeron hasta en 30 por ciento, pero en 2022 alertó que, por primera vez en una década, la incidencia y la mortalidad por tuberculosis aumentaron.
Un informe del Instituto Nacional de Salud Pública sobre la tuberculosis coincide en que este problema se ha agravado por la pandemia y también por la emergencia de la diabetes mellitus. Además, en la emergencia sanitaria también ocurrieron sucesos alarmantes.
“En 2020 se diagnosticaron 23.5 por ciento menos casos nuevos que el promedio de los cinco años anteriores, lo cual indica que muchos enfermos no se están diagnosticando y es de suponer que la prevención, el diagnóstico, tamizaje y tratamiento de tuberculosis latente y activa se hayan visto afectados”, se subraya en el informe.
Entre los síntomas de la tuberculosis están tos persistente, crónica, con sangre; fatiga, sudores nocturnos y, en una etapa más avanzada, pérdida de peso y apetito, además de fiebre.
Debido a que se parecen a los de otras enfermedades respiratorias, en caso de manifestarlos es importante acudir de inmediato al médico para recibir un diagnóstico oportuno y apropiado, pues gracias a los avances médicos y científicos, es una enfermedad prevenible y curable.
Una de las armas más poderosas para su prevención es la vacuna conocida como BCG (el bacilo de Calmette-Guérin) que se aplica al nacer. Este biológico no evita que las personas enfermen, pero sí contribuye a que no desarrollen formas severas.
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