Ciudad de México, 12 abr. (AMEXI).- Desde la década de los ochenta la presencia de niños, niñas y adolescentes en situación de calle se hizo más evidente. La violencia sexual y física, el abuso emocional, los problemas de salud mental, la carencia de vínculos afectivos y la inestabilidad familiar son algunos de los factores que acercan a los menores a vivir en el espacio público.
En entrevista con Amexi, Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, detalló que los detonantes finales suelen ser todo tipo de violencia o que la familia se traslade a otro lugar.
“Puede ser que tengan problemas de violencia, trayectorias de alcohol o temas de vida carcelaria, otro componente muy frecuente son los temas de salud mental, estos niños y niñas también pierden la red de apoyo escolar, la red de apoyo de familia extensa, tías, tíos, abuelos y demás, y quedan entonces en una condición de alto riesgo”.
Lamentó que las instituciones que tienen la obligación de cuidar a este sector vulnerable de la población no cumplan con lo que les corresponde, ya que no cuentan con estrategias de prevención y mucho menos de acción.
“Al sistema DIF le toca (atender dichos casos). Por la ley de asistencia, la protección especial y la restitución de derechos a estos niños; cuando estás instituciones no toman una acción oportuna, es decir un niño que deja la escuela, un niño o niña que ya fue detenido por algún hecho administrativo, que se le identificó con consumo de sustancias, ahí es donde tenemos que intervenir antes de que lleguen a la calle”.
Los albergues privados
En el Día Internacional del Niño y Niña en Situación de Calle, consideró que es irresponsable colocar a un menor en un albergue privado, ya que se violan sus derechos y además se convierten en víctimas de las circunstancias.
“Cuando un niño o una niña llega al espacio púbico es urgente que se haga una intervención oportuna para darles una alternativa en un albergue o en una casa de asistencia social, porque entre más tiempo pasen en el espacio público su deterioro de salud y psicológico va a ser mayor, pero sobre todo corren con el riesgo de empezar a construir identidad, y aunque después les ofrezcamos todos los programas públicos y servicios, ya no van a dejar la calle, porque sus vínculos de afecto, sus vínculos de socialización y su propia identidad está asociada a un grupo callejero”, señaló el experto en infancias.
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“Algunos DIF conservan espacios, pero la gran mayoría de ellos están sin supervisión, el personal que atiende a niños y niñas que no está capacitado, no tienen los títulos que se ameritan y con mucha frecuencia (los menores) son víctimas de violencia sexual, de agresiones; lamentablemente el sistema DIF ha ido deteriorándose, está atravesando por una gran crisis institucional y hay denuncias en Aguascalientes, en Michoacán, por mencionarte algunos donde, como no tienen albergues, están llevando a niños y niñas a anexos, que son espacios de tortura, espacios que ya han sido sancionados incluso por homicidio”, puntualizó.
El acecho del crimen organizado
Además, acotó que la niñez en situación de calle corre un peligro grave que es el crimen organizado acechándolos, “en los últimos 14 o 15 años el crimen organizado comenzó a perseguir, sobre todo, a los adolescentes y jóvenes que viven en espacios públicos para reclutarlos, para llevárselos; hay algunos que sobreviven al espacio público, pero como ya están muy deteriorados físicamente ya no le son útiles al crimen organizado, estos jóvenes siguen sin tener una respuesta institucional de parte del DIF, porque ya no son menores de edad”.
Pérez García enfatizó que otro factor importante es que “el Estado mexicano ha ido quitando la inversión que tenían los centros de asistencia social o albergues, entonces ahora de los casi 32 mil niños y niñas que están en cuidados alternativos o en albergues, casi la totalidad de ellos están en 900 albergues privados. El Estado mexicano no está financiando la atención a niños que no tienen familia o que han estado en el espacio público, lo está haciendo la sociedad civil con fondos propios”.
Limpieza social
Mencionó que, aunque México tiene un avance muy importante en materia de derechos humanos, en leyes e instituciones “lamentablemente lo que vemos con el paso del tiempo, en esta última administración de López Obrador, son recortes presupuestales. Lo que han hecho las autoridades a través del Sistema DIF en los últimos 15 años son estrategias de limpieza social y bajo la lógica de protección o rescate se llevan a los niños y los meten contra su voluntad en estos albergues, ellos se escapan y se da un círculo vicioso terrible”.
Dijo que la pobreza no es delito, pero pareciera que lo es para los niños, niñas y adolescentes que viven bajo ese estigma, “no debemos criminalizar la pobreza, no se debe separar (a los menores de sus familias) porque son pobres sino, al contrario, estas familias deben ser prioridad para los programas. Urge restituir lo más rápido posible la dinámica familiar, lamentablemente la precarización de la vida familiar es cada vez mayor, cerca de 47% de la población en México vive en pobreza y no alcanza a cubrir la canasta básica, y los niños y niñas tienen que sumarse a la búsqueda de dinero. En tanto no mejoremos los ingresos económicos tendremos niños y niñas en el espacio público”.
No cometen ningún delito por estar en las calles
El defensor de los derechos de la infancia subrayó que los menores que viven en espacio público no están cometiendo ningún delito: “vivir en la calle no es delito, es delito de parte de las autoridades no tener programas para ellos (los niños, niñas y adolescentes), es delito reprimirlos, es delito perseguirlos y hacer limpieza social”.
“Este 12 de abril se estableció como el Día Internacional del Niño y la Niña en situación de calle para recordar que la condición de desprotección extrema lleva a muchos niños y niñas a ocupar el espacio público y se debe trabajar en mejorar esas condiciones y en sus derechos”, finalizó.