Irritabilidad o cambios de humor frecuentes, ansiedad o nerviosismo, depresión o tristeza persistente en algunos casos, es lo que la menopausia origina en las mujeres mexicanas. Muchas mujeres no hablan abiertamente sobre sus síntomas ni buscan atención médica, lo que impacta su calidad de vida y su salud a largo plazo.
La menopausia es un problema de salud pública en México, ya que impacta a millones de mujeres y requiere atención integral que incluya políticas públicas, servicios de salud accesibles y apoyo social y laboral, señalan especialistas.
Cada 18 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Menopausia
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres y se caracteriza por el cese de la menstruación y generalmente ocurre entre los 45 y 55 años. En México, el promedio es a los 48 años, y afecta a más de 6 millones de mujeres en etapa de climaterio, entre 45 y 65 años.
El climaterio es el periodo de transición en la vida de la mujer que precede, acompaña y sigue a la menopausia, marcado por la disminución gradual de las hormonas reproductivas, principalmente los estrógenos
Durante esta etapa, que puede comenzar alrededor de los 40 o 45 años y durar varios años, la mujer experimenta cambios físicos y psicológicos como bochornos, alteraciones del sueño, cambios de humor, sequedad vaginal y disminución del deseo sexual, señalan especialistas de la UNAM, la Secretaría de Salud y la OMS.
Falta de atención integral
En México falta atención integral, señalan los especialistas y hasta el 85% de las mujeres mayores de 45 años no reciben atención adecuada, lo que agrava los síntomas y riesgos. Además, persisten estigmas sociales limitando el acceso a información y apoyo, y esto genera impactos en la salud, el trabajo y la economía.

¿Cómo se caracteriza la menopausia?
La mujer presenta síntomas vasomotores y físicos que afectan la calidad de vida diaria, con bochornos reportados por hasta el 80% de las mujeres mexicanas, sudores nocturnos y escalofríos, sensaciones repentinas de calor en cara, cuello y pecho que interrumpen el sueño y generan fatiga.
Ocurren cambios menstruales irregulares desde la perimenopausia, que es la etapa previa, con períodos abundantes, escasos o ausentes. Hay sequedad vaginal, con sequedad en mucosas vaginal, ocular, bucal.
Además dolores articulares, musculares y cefaleas que a menudo son confundidos con otras enfermedades como migrañas o problemas tiroideos. Asimismo caída de cabello, piel seca, aumento de peso, metabolismo lento y problemas de sueño, como insomnio.
Muchas consideran la menopausia como una enfermedad
“La menopausia no es una enfermedad, pero sí puede generar síntomas que alteran profundamente la calidad de vida. Como médicas y profesionales de la salud, debemos validar esa experiencia y abrir espacios seguros para que las mujeres hablen sin vergüenza, reciban diagnóstico oportuno y accedan a las opciones de tratamiento que mejor se adapten a su realidad”.
Afirma lo anterior la doctora Erandi Fernández, especialista en salud femenina y vocera médica de Astellas Farma. Señala que la falta de información confiable y la percepción de que es normal sentirse así hacen que muchas mujeres no consulten a un profesional de salud.
Sin embargo, existen tratamientos hormonales y no hormonales —como terapias que regulan la temperatura corporal o tratamientos cognitivo-conductuales— que ayudan a manejar los síntomas de forma eficaz y segura.
Ante esto, Astellas desarrolla materiales educativos que apoyan a las mujeres en el seguimiento de sus síntomas, en la preparación para su cita médica y en la identificación de los tratamientos más adecuados para cada etapa.
¿Qué problemas trae la menopausia?
Los trastornos hormonales en estrógenos y progesterona, incrementa la prevalencia de trastornos mentales en un 20-30% durante esta etapa. Las personas presentan depresión y ansiedad, que aumentan considerablemente en perimenopausia y posmenopausia, con síntomas como irritabilidad, tristeza, miedos excesivos y sensación de vacío.
Asimismo, dificultades cognitivas; problemas de concentración, memoria. Hay dificultad para recordar palabras o secuencias. Cambios de humor que son exacerbados por factores sociales, como el estigma que asocia la menopausia con «envejecimiento» o pérdida de funcionalidad.
La deficiencia hormonal eleva el riesgo de enfermedades crónicas, siendo las cardiovasculares, la principal causa de mortalidad en mujeres mexicanas posmenopáusicas con una proporción de 13 veces más que el cáncer.

Se ven afectados los huesos y ocurren enfermedades crónicas
La osteoporosis y descalcificación ósea son frecuentes por la pérdida de densidad mineral, aumentando fracturas. Esto afecta al 30-40% de mujeres mexicanas mayores de 50 años. En el caso de las enfermedades cardiovasculares padecen mayor incidencia de infartos, hipertensión y dislipidemia, agravada por obesidad y sedentarismo comunes en México.
Mayor propensión a cáncer de endometrio, ovario y mama, síndrome genitourinario, hipotiroidismo, resistencia a la insulina; y artritis reumatoide. La menopausia prematura antes de los 40 años, en 1% de casos, acelera estos problemas.
En México hay acceso limitado a atención médica, ya que solo el 15% recibe tratamiento integral. Una proporción significativa de mujeres enfrentan diagnósticos erróneos y automedicación, lo que empeora síntomas y riesgos.
Además, el 51% de mujeres reporta afectaciones en el desempeño laboral, con ausentismo y menor productividad. Esto genera en México costos anuales de hasta 26 mil 600 millones de dólares por gastos médicos y pérdidas laborales, según especialistas.
Otros factores que agravan todo lo anterior son el tabaquismo, el cual adelanta 2-3 años la menopausia. El ingerir alcohol, la obesidad y estilos de vida sedentarios, prevalentes en el contexto mexicano. La falta de políticas públicas específicas limita la prevención.
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