Ciudad de México, 3 jul. (AMEXI).- México cuenta con 17 estados que tienen zonas marítimas y puede aprovechar esa condición para obtener electricidad, afirman especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En México puede aprovecharse el hecho de que los océanos son generadores naturales de energías renovables; de las olas y las corrientes marinas, así como de la temperatura y la salinidad, puede obtener electricidad.
Cecilia Enríquez Ortiz, profesora de Oceanografía y Procesos Costeros de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Mérida, de la UNAM, ha participado en iniciativas gubernamentales y académicas para explorar posibilidades de extracción energética.
“Hace casi una década el gobierno de México comenzó a impulsar la indagación en energías renovables de varios tipos”, recordó la especialista en un comunicado.
Agregó que “cuando se generó el Centro de Investigación en Energías Renovables del Océano lo conformamos un grupo muy grande de académicos de todo el país para atender las distintas fuentes de energía en los mares”.
Tecnología adecuada
“Además de las olas y las corrientes marinas, hay otras fuentes no tan visibles, como los gradientes de temperatura y de salinidad, que con la tecnología adecuada pueden ser aprovechadas para obtener electricidad”, detalló.
“La del oleaje es predecible, pues fluye hacia las costas, donde a través de convertidores puede ser captada y transformada en energía útil” dijo.
Añadió que “la de corrientes marinas (importantes en las zonas del golfo de California, las costas de Quintana Roo y la corriente de Cozumel, y el mar Caribe) aprovecha la velocidad del flujo del agua, mediante una turbina que genera electricidad”.
Explicó que el gradiente de algo es una diferencia que hay desde un límite hasta el otro en un rango de variación.
“El gradiente de temperatura o térmico consiste en bombear agua del fondo del mar (que está de 500 a mil metros de profundidad, con una temperatura de cuatro a siete grados Celsius), hacia la superficie.”
El agua superficial registra de 24 a 28 grados Celsius y por medio de intercambiadores de calor se transforma de líquido a gas. En el segundo estado se produce la energía a través de una turbina conectada a un generador.
En el caso del gradiente de salinidad se utiliza una membrana para poner en contacto agua dulce y salina. “A partir del intercambio iónico entre ambas se produce electricidad”, detalla.
En términos matemáticos, el gradiente es el cambio de algo a lo largo de un espacio. “En el caso del gradiente de salinidad, si tengo agua dulce chocando en un espacio muy chiquito, el gradiente es muy grande”, ejemplificó.
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Expuso que en las desembocaduras de los ríos a los océanos el agua dulce choca con la salina, y podría utilizarse toda la energía de ese choque que se vierte de manera espontánea en forma de calor.
Destacó que cada técnica requiere tecnologías especializadas y trabajo de campo.
En el caso de México, la energía más aprovechable es aquella de las corrientes marinas, “pues nuestro país tiene la fortuna de contar con una de las más atractivas para la extracción del recurso: la de Yucatán”.
“Es de las más intensas que hay en el mundo, con una dirección estable que fluye hacia el norte antes de entrar al Golfo de México”, concluyó.