Ciudad de México, 5 sep. (AMEXI).- Lejos de siquiera acercarse al de Dinamarca, el sistema de salud mexicano muestra una enorme debilidad derivada de una gran desigualdad social que limita el acceso a la salud, pero también el desarrollo y la movilidad social de los mexicanos.
El presidente López Obrador dijo en su último informe de gobierno que el programa IMSS-Bienestar “es mejor que el de Dinamarca”. Enseguida, el IMSS publicó en su sitio web un texto en el que resalta “¿Por qué creemos que es mejor? Y ¿De qué hablamos cuando hablamos de Dinamarca?”.
En su publicación, el IMSS respondió a sus propias preguntas y señaló cinco puntos para demostrar que el país tiene mejores servicios de salud que Dinamarca: porque es público, gratuito, universal, preventivo y porque tiene una planeación nacional.
Al respecto, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) se sumó a quienes ofrecen otros datos y proponen soluciones, y apuntó que esa enorme debilidad se debe a la desigualdad existente en México, que “limita el acceso a la salud, el desarrollo y la movilidad social”.
Asimismo, resaltó que, por ejemplo, la esperanza de vida en el país ha mostrado pocos avances en los últimos años, estancándose alrededor de los 74.8 años desde 2014, sin cambios significativos, con un aumento en la mortalidad por causas violentas en 2022.
Limitantes
El CEEY señaló que el sistema de salud mexicano presenta tres problemáticas.
El subfinanciamiento;, un gasto en salud que apenas alcanza 3% del PIB, muy por debajo de la recomendación internacional de 6%.
La segmentación; el sistema ofrece funciones de manera diferenciada, dependiendo de la situación laboral de las personas.
La fragmentación; con falta de articulación entre los servicios de atención primaria y los de mayor especialidad.
El CEEY señaló que “el subfinanciamiento, la segmentación y la fragmentación del sistema de salud afectan la calidad de la atención, que además no se distribuye de manera equitativa, lo que perjudica a la población más vulnerable. Esto se traduce en una alta desigualdad de oportunidades para recibir atención médica“.

Avances mexicanos son menores que los de otros países de América Latina
“México ha mostrado avances menores en los indicadores de salud en comparación con América Latina y el Caribe. La pandemia de covid-19 evidenció aún más las debilidades del sistema de salud mexicano para hacer frente a emergencias, exigiendo cambios urgentes”.
También la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta y el aumento en la prevalencia desde la infancia, seguirán ocasionando el aumento de padecimientos no transmisibles, sobre todo diabetes e hipertensión, que representa desafíos adicionales que requieren atención inmediata.
Respecto de lo anterior presentó propuestas para la integración del sistema de salud, como crear un mecanismo de pagador único, financiado con impuestos generales; separar los seguros de salud de la seguridad social para integrarlos en un fondo común que permita un financiamiento equitativo a la salud de todas las personas con los recursos públicos disponibles.
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Precisó que un potencial punto de partida para ello es la actual coordinación entre el IMSS y el IMSS-Bienestar. Además, fusionar los seguros de salud del IMSS con el IMSS-Bienestar, definiendo el conjunto garantizado de intervenciones de salud para toda la población.
También incrementar el gasto público en salud en 1.5 puntos del PIB, de manera que se reduzca el gasto de bolsillo y se alcance el promedio de la OCDE.
Finalmente indicó que para lograr lo anterior y revertir la enorme debilidad del sistema de salud mexicano es crucial establecer una cobertura de intervenciones factible para toda la población, lo que requiere establecer un acuerdo social amplio.
Esto implica, concluyó, un cambio de paradigma hacia un modelo de salud integral que enfatice la prevención y el cuidado de la salud, reduciendo hospitalizaciones y muertes evitables.