Aunque México no es un país donde predomine la calvicie, pues cuatro de cada 10 hombres sufren de pérdida de cabello, este trastorno capilar, conocido médicamente como alopecia, tiene un impacto que trasciende lo físico y se extiende a lo psicológico, social, económico y cultural.
En el marco del Día Mundial de la Calvicie, que se conmemora cada 7 de octubre, especialistas resaltan que, aunque no es una enfermedad grave en términos de salud vital, su prevalencia y las presiones sociales la convierten en un problema de salud pública relevante.
De acuerdo con la Fundación Mexicana para la Dermatología, cinco de cada 10 hombres entre 20 y 30 años y ocho de cada 10 hombres mayores padecen alopecia androgenética, que es la forma más común de calvicie.
En México afecta más la calvicie hereditaria
En México, la calvicie afecta principalmente a través de la alopecia androgénica, que es la forma hereditaria más común, que se debe a una sensibilidad genética a la dihidrotestosterona (DHT), una hormona derivada de la testosterona.
Esta condición tiene un fuerte componente genético: el gen principal se hereda del cromosoma X, de la madre, aunque otros factores poligénicos o sea hasta 71 genes identificados, influyen, incluyendo aportes del padre.
Según los especialistas, en la población mestiza mexicana -resultado de la mezcla indígena, europea y africana-, la prevalencia es alta debido a la influencia genética caucásica, que aumenta el riesgo en comparación con etnias asiáticas o nativas americanas puras
Factores que activan la calvicie
– Hormonales y médicos. Trastornos como hipotiroidismo, anemia, lupus o efectos post-Covid, por respuesta inmunitaria
– Ambientales y de estilo de vida. Estrés, dietas deficientes, peinados con tracción sobre todo en mujeres y deficiencia de vitamina D, que afecta al 40-60% de la población mexicana a pesar de la alta exposición solar
– Alopecia areata. Afecta al 2.0% de la población de todas las edades, con recuperación espontánea en muchos casos
Esta última es una enfermedad autoinmunitaria que provoca la pérdida de cabello en parches redondos y lisos, afectando al cuero cabelludo, la barba, las cejas y otras zonas del cuerpo.
Se caracteriza por la pérdida de cabello sin daño permanente en el folículo, la cual puede ser temporal o recurrente; suele ser crónica y puede requerir tratamiento para controlar la pérdida y promover el recrecimiento del cabello.
¿Por qué se cae el cabello?
Para Ana Florencia López Hernández, especialista de la Clínica de Oncodermatología de la Facultad de Medicina de la UNAM, el cabello se cae por desnutrición, falta de ciertas vitaminas (nutrientes esenciales para el cabello), hipotiroidismo, alteraciones hormonales, incluso por estrés.
Aclaró que lo mismo que exista caída activa de cabello al cepillarse y ver cómo se desprende, bañarse y sacar mechones o que después de cinco años la persona note menos densidad capilar.
También, abundó, se debe observar de dónde se cae, pues si deja un hueco en forma de círculo, se trata de alopecia areata; mientras que si ocurre en toda la cabeza, puede estar vinculada a factores distintos.
Además, abundó, es importante tener antecedentes como operaciones, alguna enfermedad grave o cierto evento que puso a la persona en estrés, para que después un dermatólogo aplique el tratamiento adecuado.
Pero en las mujeres, ¿por qué se cae el cabello?
Los especialistas indican que en mujeres una de las principales causas de caída del cabello es el hipotiroidismo, que se asocia al cansancio, el aumento de peso o resequedad de la piel, en cuyos casos se deben corregir los niveles hormonales.
La alopecia androgenética femenina es muy frecuente y suele confundirse con otros problemas.
En este caso, el cabello se afina poco a poco en la parte superior de la cabeza, la línea de nacimiento del cabello retrocede o se destruye el folículo que, una vez que avanza, no se revierte, todo ello debido a factores genéticos y exposición a ciertos químicos.
¿Calvicie por estrés?
Otra de las principales razones del efluvio telógeno o caída difusa y temporal del cabello, generalmente reversible, se vincula al estrés, pues el cortisol desvía energía del organismo.
Asimismo, la falta de hierro y los niveles bajos de ferritina son causas muy comunes de efluvio telógeno, sobre todo en mujeres.
Para evitar la calvicie, los especialistas recomiendan una dieta adecuada y de ser necesario, suplementos alimenticios específicos, según el perfil del paciente, incluso tratamientos tópicos como el minoxidil, terapias con antiandrógenos, esteroides intralesionales o fototerapia, bajo supervisión médica.
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