Ciudad del Vaticano, 28 mar (Amexi).- Siguiendo la tradición de la Misa de la Última Cena, el Papa Francisco lavó hoy los pies de 12 reclusas de la cárcel femenina de Rebibbia, en Roma, rompiendo la tradición de dicho ritual, que había sido exclusivo a hombres o con mujeres en conjunto, pero nunca antes, se realizó sólo a féminas.
Continuando con las celebraciones del Jueves Santo, con el que la Iglesia Católica da inicio formal a la Semana Santa, Francisco se traslado esta tarde al Centro Penitenciario de Rebibbia, donde están recluidas a unas 370 personas de diferentes nacionalidades.
El ritual del lavatorio de los pie, que recuerda el día en el que Jesús celebró la Última Cena con sus apóstoles, se realizó a 12 reclusas de entre 40 y 50 años, de diversas nacionalidades, como Italia, Bulgaria, Nigeria, Ucrania, Rusia, Perú, Venezuela y Bosnia.
Como lo hiciera Jesús hace miles de años, el Papa Francisco lavó los pies de la mujeres y se inclinó frente a cada una de ellas, en señal de humildad, mientras que la emoción fue evidente en el rostro de ellas.
Previo a la ceremonia de la lavativa de los pies, monseñor Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, ofició una misa, ante unas 200 reclusas, ex prisioneras, personal penitenciario y familiares.
En su homilía, el Sumo Pontífice recordó que con el gesto del lavatorio de los pies, Jesús nos hace comprender la vocación de servicio y ante la traición de Judas nos recuerda que Dios perdona todo, siempre, informó la agencia Vatican News
“Jesús perdona todo. Jesús perdona siempre. Sólo pide que le pidamos perdón”, afirmó el Papa en la misa de la Última Cena, en este Jueves Santo, con el que la Iglesia Católica inicia la Semana Santa, que conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Al cierre de la celebración, la directora del Cárcel de Rebibbia, Nadia Fontane, expresó su agradecimiento al Papa y le entregó una canasta llena de alimentos elaborados por las internas, un rosario y dos estolas, mientras que Francisco les regaló un cuadro de la Virgen María.
Desde el 13 de marzo de 2013, cuando Jorge Bergoglio fue elegido sucesor el San Pedro, la ceremonia del Lavado de Pies se ha celebra a presos, refugiados y discapacitados fuera del Vaticano, tanto hombres como mujeres, aunque este 2024 fue solo a féminas.