La senadora del PRI, Claudia Anaya Mota, abrió las puertas del Senado de la República a las madres buscadoras, pues su voz y experiencia resulta indispensable en el diseño de la ley sobre desaparición de personas.
La ley sobre desaparición de personas se prevé sea analizada en las comisiones unidas de Gobernación y de Estudios Legislativos, por eso es necesario escuchar a las madres buscadoras.
Anaya Mota fue la primera en recibir a las representantes del colectivo Madres en Resistencia del Estado de Chiapas, mujeres que recorren el país en busca de sus hijas e hijos desaparecidos.
La legisladora priista no solo les ofreció su tiempo, sino que transformó el diálogo en compromiso.
Colectivas exponen carencias
La colectiva de búsqueda expuso carencias graves, como falta de abogados, personal capacitado, procesos fragmentados entre entidades y ausencia de recursos institucionales.
Uno de los temas más urgentes fue la falta de coordinación entre fiscalías estatales. Muchas madres y familiares deben viajar constantemente para presionar avances en sus carpetas.
La senadora del PRI propuso establecer una red nacional de interconectividad entre fiscalías para atender con rapidez los casos.
No deben gastar sus recursos
Anaya señaló que las familias de las personas desaparecidas no deben gastar sus propios recursos para dar celeridad al proceso de investigación.
Precisó que para atender este flagelo, es necesaria la capacitación, suficiente personal y presupuestal para atender de manera integral la búsqueda de las personas.
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Anaya señaló que la legislación propuesta por el Poder Ejecutivo no atiende los vacíos reales ni resuelve los obstáculos de implementación.
Iniciativa tiene medidas existentes
La senadora del PRI mencionó que la iniciativa se limita a medidas que ya existen, pero mal ejecutadas, en lugar de frenar las desapariciones, podría profundizar los riesgos en materia de derechos humanos.
“Nos estamos enfocando en dar identidad a los muertos, pero no en evitar que haya más”, sentenció.
Anaya dejó claro que las leyes deben construirse con las voces de las víctimas.
“Lo que se necesita es escuchar a los colectivos, a las personas que han vivido estos procesos, para poder construir una ley útil y humana. Escúchenlos a ellos y a partir de eso podemos darle un mejor diseño”, dijo.