Mientras en la Ciudad de México avanzan programas como «La inclusión se mueve contigo», impulsado por la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO) y el Metrobús para sensibilizar al personal de transporte, una práctica creciente amenaza estos esfuerzos: la simulación de perros de asistencia.
La crítica central no es hacia los animales, sino hacia los dueños que, por conveniencia, disfrazan a sus mascotas. La facilidad para comprar chalecos y credenciales falsas en línea ha creado una epidemia de «perros de apoyo» fraudulentos en espacios públicos. Este acto, que parece inofensivo, es profundamente perjudicial, pues genera rechazo y desconfianza en los establecimientos, vulnerando el derecho a la autonomía de los usuarios legítimos.

Tipos de asistencia y su labor vital
Es crucial entender que los perros de asistencia no son mascotas; son una extensión vital de la persona. Están protegidos por la ley porque han recibido un entrenamiento riguroso (de uno a dos años) para realizar tareas específicas. Entre los principales tipos se encuentran:
- Perros guía: Para personas con discapacidad visual, los guían para sortear obstáculos.
- Perros para personas sordas (perros señal): Les alertan de sonidos clave, como alarmas o timbres.
- Perros de alerta médica: Entrenados para detectar cambios químicos en el cuerpo y avisar antes de una crisis (epilepsia, diabetes).
- Perros de servicio psiquiátrico: Ayudan a personas con autismo o TEPT, interrumpiendo crisis o buscando ayuda.
- Perros de movilidad: Brindan equilibrio, recogen objetos o ayudan a personas en silla de ruedas.

Herramientas concretas para la inclusión
Un pilar fundamental para garantizar la autonomía de las personas con discapacidad en la capital es la Tarjeta Incluyente, un trámite gratuito impulsado por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Esta herramienta busca eliminar barreras y sirve como la llave de acceso para varios derechos esenciales, incluyendo el acceso gratuito al Sistema Integrado de Transporte (Metro, Metrobús, RTP y Trolebús). Además, permite a los usuarios acceder a descuentos en predial y agua, y realizar trámites como la solicitud de balizamiento en el domicilio. La existencia de estas herramientas facilita la vida diaria de los usuarios de perros de asistencia.
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La brecha: millones de usuarios, cientos de perros
El problema de la simulación se agrava por la falta de un censo oficial. el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023, reporta que 8.8 millones de mexicanos viven con alguna discapacidad (muchos con dificultades visuales o motoras), la realidad es que no existe un padrón gubernamental de cuántos perros de asistencia certificados operan en el país.
Según estimaciones de escuelas especializadas, el número de perros guía activos es de apenas unos pocos cientos. Esta enorme disparidad, sumada a la falta de un registro oficial (que apenas comienza a legislarse en la CDMX), crea un vacío que es explotado por la simulación.

El impacto real en la calidad de vida
La labor de estos animales transforma vidas. Para sus usuarios, un perro de asistencia significa independencia. Es la diferencia entre poder salir solo de casa o quedarse encerrado; es la seguridad de saber que serán alertados antes de una emergencia médica; es la capacidad de navegar un mundo que no está diseñado para ellos.
Respetar y diferenciar a los verdaderos animales de asistencia es una responsabilidad social indispensable para construir una verdadera inclusión.
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