La promesa de desarrollo agroindustrial que representó la llegada de la empresa hondureña MILLFOODS a Salamanca, Guanajuato terminó convertida en una historia de impagos, conflicto laboral y abandono, en una palabra: fracaso.
Lo que se anunció como una inversión clave para detonar la economía local, hoy es una obra prácticamente concluida, sin operar, con una deuda millonaria y una fuerte afectación social.
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¿Cómo se presentó MILLFOODS?
La instalación de una planta procesadora de harinas —proyectada como punta de lanza para revitalizar a Salamanca tras varios años sin inversiones estratégicas— se presentó con bombo y platillo por actores empresariales.
Los empresarios que impulsaron este proyecto aseguraron contar con capital suficiente y una visión sustentable. Sin embargo, la realidad pronto desmintió el discurso.
MILLFOODS subcontrató a múltiples empresas constructoras, técnicos especializados y movilizó a más de 500 trabajadores locales con el argumento de que los recursos estaban garantizados.
¿Cuándo empezaron a retrasar los pagos de salarios?
De acuerdo con los afectados, a los pocos meses comenzaron los retrasos en pagos, modificaciones improvisadas en la obra y una notoria falta de dirección técnica.
“Recibíamos instrucciones contradictorias todo el tiempo. Mandaban personal sin experiencia, modificaban estructuras sin criterio técnico. Nunca hubo claridad en el proyecto”, relató Pedro N., encargado de obra proveniente de Monterrey.
Varios contratistas coinciden en que el proyecto fue operado con improvisación y desorden:
“Se gastaron el triple por errores que se pudieron evitar desde el principio. Era evidente que no sabían lo que estaban haciendo”.
Cadena de adeudos
A los problemas técnicos se sumó una cadena de adeudos que golpeó directamente a sindicatos y organizaciones laborales.
MILLFOODS, aseguran los afectados, dejó deudas por varios millones de pesos, poniendo en riesgo la operación de pequeñas y medianas empresas que participaron en la construcción.
“Para una empresa extranjera, cinco millones pueden parecer poco. Para nosotros es la vida de nuestra organización. Es la comida de nuestras familias”, señaló un representante sindical, que pidió mantener el anonimato por temor a represalias.
Expansión en Querétaro, deuda en Guanajuato
A pesar de los incumplimientos en Salamanca, MILLFOODS ha continuado con su estrategia de expansión.
En su sitio web y entrevistas recientes, la empresa presume ser modelo de sustentabilidad y transparencia, y ha anunciado una inversión de 200 millones de dólares para construir una nueva planta en Querétaro.
El anuncio provoca molestia entre los afectados en Guanajuato, quienes cuestionan cómo una empresa que no ha respondido por sus obligaciones en un estado puede continuar operando e invirtiendo en otro sin ninguna consecuencia legal o institucional.
¿Qué otras posibles irregularidades hay?
También señalan posibles irregularidades en permisos de impacto ambiental y pagos municipales pendientes.
La nave industrial —que debía convertirse en un modelo de eficiencia agroalimentaria— permanece cerrada y sin operar, mientras los afectados enfrentan las consecuencias económicas y legales del abandono.
Acciones legales en curso
Ante esta situación, empresas subcontratistas, trabajadores y organizaciones sindicales iniciaron procesos legales.
Se han activado fianzas, documentado, incumplimientos contractuales y se preparan demandas formales para exigir el cumplimiento de obligaciones.
Sin embargo, el camino legal se anticipa largo y complejo, por lo que también se ha iniciado una exigencia pública tales como que:
- MILLFOODS pague lo que debe
- Rinda cuentas
- Y no replique el mismo patrón de impunidad en Querétaro ni en ninguna otra entidad del país
¿En qué se convierte el caso MILLFOODS?
El caso MILLFOODS se ha convertido en un símbolo de lo que ocurre cuando los proyectos de inversión operan sin mecanismos de supervisión ni consecuencias.
Lo que debía ser una oportunidad para la reactivación económica de Salamanca, hoy representa una herida abierta para sus trabajadores y comunidades.
La justicia no solo se busca en tribunales; también se exige en el terreno de los hechos. Y hoy, la exigencia es clara: que MILLFOODS cumpla con lo que prometió.







