Segunda parte
Por Francisco Javier Vázquez Ponce
Ciudad de México, 30 mar. (AMEXI).- La Conabio surgió en 1992 como un pequeño proyecto que buscaba un sistema que integrara al gobierno, la academia, el sector privado y la sociedad civil para recopilar, organizar, integrar y sintetizar la información concerniente a la biodiversidad mexicana.
México es uno de los países más biodiversos del mundo y forma parte de un selecto grupo de 12 países que en conjunto poseen 70% de la biodiversidad del planeta. Es tercer lugar mundial en riqueza de mamíferos, quinto en plantas vasculares, segundo en reptiles, tercero en anfibios y décimo primero en aves.
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Con este contexto, algunos biólogos y ecólogos de importante trayectoria (incluidos los doctores José Sarukhán Kermez y Jorge Soberón Mainero, quien fue el primer director de la comisión) se dieron cuenta de la necesidad de desarrollar un sistema que se dedicara a labores de monitoreo, inventariado, integración y desarrollo de conocimiento para conocer y aprovechar la extraordinaria y frágil diversidad nacional.
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En sus más de 30 años de trabajo, los alcances y logros de este esfuerzo han contribuido sustancialmente al manejo de la biodiversidad y el ambiente en México.
Una de las principales atribuciones y encomiendas de la Conabio es: “Instrumentar y operar el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (…) para brindar datos, información y asesoría a diversos usuarios, así como instrumentar las redes de información nacionales y mundiales sobre biodiversidad (…) y llevar a cabo acciones orientadas a la conservación y uso sustentable de la biodiversidad de México».
El Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB) es un ambicioso proyecto que integró gran parte de las Colecciones e Inventarios biológicos de México.
Este sistema integra en la actualidad más de 45 millones de ejemplares y registros sobre especies, además de información cartográfica, fichas técnicas, datos de georreferenciación, climas, catálogos taxonómicos y registros de especies endémicas.
Con representatividad y reconocimiento mundial
Es uno de los acervos más grandes del mundo y ha sido reconocido internacionalmente en numerosas ocasiones.
Conabio también goza de una representatividad y reputación internacional sobresaliente. Durante las últimas décadas ha sido el enlace responsable con organismos internacionales para discutir, colaborar o investigar temas ambientales.
Por poner un ejemplo, Conabio forma parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por su sigla en inglés) desde 1998, que es una organización transnacional con gran autoridad para la protección y conocimiento de la biodiversidad mundial.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad funge como enlace del gobierno ante organizaciones como ésta en foros, comités, proyectos y sinfín de actividades de colaboración y representatividad.
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Por otra parte, aunque la labor de Conabio en cuestiones académicas es invaluable, la importancia de sus bases de datos para sociedad, gobierno e industria es sólo comparable a la importancia del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Conabio ha desarrollado valiosísimos sistemas de georreferenciación, capas biogeográficas, de uso de suelo, de variables climáticas, teledetección satelital, de topografía, cartografía, ecosistemas, tipos de vegetación, agroecosistemas.
Esta información es imprescindible para el desarrollo urbano, la asignación de proyectos de infraestructura, atlas de riesgo, delimitación de áreas protegidas y designación de recursos naturales.
Monitoreo ambiental, catálogos, mapas y sistemas de alerta, entre sus quehaceres
También Conabio fue pionera en el desarrollo del Sistema Nacional de Información para la Restauración Ambiental (SNIRA), que se enfoca a monitorear y dar a conocer las acciones de restauración que se lleven a cabo en el país.
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Desarrollaron EncicloVida, un catálogo destinado a facilitar información de las especies tal como sus usos, su distribución, especies invasoras y/o especies en riesgo.
Han desarrollado mapas interactivos, ilustraciones, divulgación científica de gran alcance, libros, pósteres, guías de identificación por regiones, grupos biológicos o de técnicas de muestreo, trampeo o rastreo.
Otros valiosos sistemas desarrollados por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad son el Sistema Satelital de Alerta Temprana de Sargazo (SIMAR) o el Sistema de Alerta de Incendios, que monitorea con tecnología de vanguardia la presencia de incendios forestales en tiempo real.
Estos sistemas, entre otros, han contribuido significativamente a la capacidad de respuesta gubernamental y social a los desafíos ambientales del presente.
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Más que nunca, su importancia como una experimentada monitora de la biodiversidad es crucial frente a los embates del cambio climático contemporáneo.
En resumen, Conabio es una organización con impacto social sobresaliente. Escrupulosa, científica, objetiva, ambiciosa, transparente e innovadora son adjetivos adecuados para esta comisión. Su titánica labor ha generado impacto académico, científico y social para bien de México. Un organismo ejemplar que está a punto de desaparecer.