Ciudad de México, 8 ago. (AMEX).- La industria 4.0 está revolucionando el panorama manufacturero, impulsando la automatización, la robótica, el big data y la inteligencia artificial.
“La transformación tecnológica es inevitable, y aquellas empresas que se preparen adecuadamente [en estos momentos] estarán mejor posicionadas para liderar el futuro de la industria”, asegura Diana Armendáriz, directora del Instituto Profesional Tecmilenio.
Este avance tecnológico está reconfigurando la forma en que operan las empresas industriales, creando nuevas oportunidades y desafíos. La adopción de tecnologías avanzadas permite una producción más eficiente, flexible y personalizada, respondiendo a las demandas de un mercado global cada vez más exigente.
La transformación se caracteriza por la integración de tecnologías en los procesos de producción, incluyendo la adopción de sistemas digitales, el Internet de las cosas y la analítica de datos a gran escala. Estos avances permiten a las empresas optimizar sus procesos, mejorar la eficiencia y reducir costos, señala Armendáriz.
Para navegar por este entorno cambiante, es esencial que las empresas cuenten con una fuerza laboral altamente capacitada en procesos industriales que pueda gestionar y operar estos sistemas complejos.
Invertir en la capacitación de sus colaboradores ofrece numerosos beneficios para estas empresas como: competitividad mejorada, ya que las empresas pueden implementar y aprovechar las tecnologías de la industria 4.0 más rápidamente que sus competidores. Esto les permite mantenerse a la vanguardia en un mercado altamente competitivo.
También se verá reflejado en un aumento de la productividad: la capacitación ayuda a los colaboradores a trabajar de manera más eficiente y efectiva. Esto se traduce en un aumento de la productividad, permitiendo a las empresas satisfacer la demanda de manera más rápida y con mayor calidad.
Además, se registra una reducción de costos: la implementación exitosa de tecnologías avanzadas, puede llevar a una reducción significativa de costos operativos, incluyendo la disminución de desperdicios, la optimización del uso de recursos y la reducción de tiempos de inactividad.
Otro rubro que detonará es la adaptabilidad y resiliencia: tanto las empresas como los colaboradores son más adaptables a los cambios tecnológicos y de mercado, permitiéndoles ser más resilientes frente a las fluctuaciones del mercado y los desafíos imprevistos, destaca la especialista del Instituto Profesional Tecmilenio.
Estas acciones no sólo benefician a las organizaciones, sino que tienen un impacto positivo en la trayectoria profesional y desempeño laboral de los colaboradores, permitiéndoles explotar habilidades y destrezas fundamentales para el crecimiento de la industria, como pueden ser el dominio de tecnologías emergentes, la optimización de operaciones y una mejor toma de decisiones.
“En un entorno donde la rapidez y la precisión son cruciales, la formación continua en procesos industriales permite a los colaboradores tomar decisiones más informadas y estratégicas, potenciando así la eficiencia y la competitividad de la empresa”, afirma Armendáriz.
Para lograr el desarrollo necesario, se cuenta con la carrera de Profesional Asociado en Procesos Industriales, diseñada para utilizar diversas tecnologías y la infraestructura necesaria para la transformación digital e integración de procesos de las organizaciones, reforzando la optimización de la producción y la implementación de principios de gestión de calidad.
Al respecto, Diana Armendáriz expone que al invertir en formación y actualización, las empresas no sólo mejoran su competitividad y productividad, sino que también aseguran su capacidad para adaptarse y prosperar en un entorno industrial en constante evolución. La Industria 4.0 está aquí, y con la preparación adecuada, las oportunidades son ilimitadas.